“El producto que normalmente se vendía el fin de semana, eso es lo que cayó” contó Adrián Morales, presidente de la Federación de Almaceneros de la Argentina. El sector se queja también de que la pérdida de precio de referencia se instaló en el circuito de compras de sus productos.
“Nos pasa que estamos comprando mal porque perdimos la referencia del precio del producto, pensamos que es el precio adecuado y a nosotros también nos cobran por demás” advirtió Morales y explicó que “es tanta la dispersión de precios que a la gente ya le resulta engorroso hasta buscar precios, está todo desacomodado y dificulta el control del propio consumidor”.
Morales aseguró que entre los distintos proveedores pueden llegar a tener diferencia de precios de lista de entre un 15 o un 20%, “y eso es muchísimo y tenemos que perder tiempo en buscar precios”, dijo.
Impacto en las familias
“Por nuestra cercanía, vemos cómo se modifican las conductas de compra del cliente. Vemos que el cliente no puede satisfacer las necesidades, vemos que las mamás o papás le niegan a sus hijos un yogur, una galletita”, retrató.
La complejidad del escenario es atribuida por Morales a la gran concentración de oferta en la distribución de los productos.
Según graficó, en leche y gaseosas, por ejemplo, hay dos empresas que ocupan casi el 80% del mercado, en golosinas también hay alta concentración. “Vemos que las economías regionales no han tenido desarrollo y no tenemos opciones para conseguir mercadería. Eso genera oligopolio y es muy nocivo para nosotros”, dijo.
“Desaparecen las pequeñas empresas que son absorbidas por las grandes, y lo que nosotros necesitamos son más mayoristas para conseguir mejores precios”, pidió.
Morales también advirtió que hay productos como el aceite, por ejemplo, en donde la desventaja con las grandes superficies es casi obscena. “Tenemos una diferencia de precio del 100% en el aceite, ¿cómo sostenemos la atracción con el cliente con esos precios?”, se quejó.