Como se sabe, la jueza de primera instancia y del ámbito laboral, Viviana Murawnik, interpretó que la ley electoral no obliga a que sean las partes las que tengan que prestar consentimiento para pegar una boleta con candidaturas municipales y provinciales, como sostiene la Junta Electoral del Frente para la Victoria.
Frente a este inesperado fallo, los apoderados del FpV lo calificaron de “insólito e insostenible” y lo apelaron. Aseguraron en una nota publicada en DIARIOJUNIO que "la competencia en materia electoral es exclusiva y excluyente del juez federal de Paraná, Leandro Ríos”.
En esto se está a horas de finalizar para la aprobación de boletas oficializadas en el Juzgado Federal.
EL DEBATE INTERNO Y LAS CRITICAS
El ciudadano común entiende que las elecciones PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) se hicieron precisamente para que el que quiera presentarse lo pueda hacer sin más.
El punto es que, el actual sistema PASO, no impide que quien quiera presentarse pueda hacerlo y no es eso lo que se discute.
Se discute otro aspecto, se discute si está bien o mal que la conducción política de la organización madre (que es el partido y su conducción), puede o no decidir sí está en condiciones de diferenciar a sus candidatos oficiales de los díscolos.
Para exponerlo de otro modo, los candidatos avalados por la conducción política del FpV, son, Scioli-Zaninni ; Bordet-Bahl y Cresto-Gay o en el caso de Paraná (que es donde se planteó el tema judicialmente) lo mismo pero con el agregado de la candidata a Intendente, Blanca Osuna.
Bien, tanto allá como aquí, hay candidatos que aceptan todo, menos a los candidatos a Intendente por lo cual armaron rancho aparte y se presentarán como opción.
Pero, exigen que no les impidan poder pegar con Scioli y Bordet. Eso se discute, en rigor, un nuevo debate que intenta perforar y menguar la fuerza de las conducciones partidarias.
Se trata de un debate en el que lo central es sí, para la profundización de la democracia, hace falta incursionar en las decisiones de cúpulas partidarias o, sí esa actitud no implica atentar contra los partidos y sus estrategias.