miércoles 15 de octubre de 2025

-

Director: Claudio Gastaldi

RegistrarmeNewsletter
Filter by Categorías
Ambiente
América Latina
Colonia Ayuí
Concordia
Coronavirus
Covid-19
Derechos Humanos
Diamante
Dictadura
Dos Orillas
Economía
Educaciòn
El país
Federal
Información general
Informes Especiales
Iosper vs Femer
Judiciales
Juicio Político
Legisaltura
Legislativas
Ley de Etiquetado
Los Charrúas
Mundo
Municipios
Colonia Ayuí
Diamante
Estancia Grande
La Criolla
Los Charrúas
Puerto Yeruá
Nacionales
Opinión
Opinion
Opinion Guilermo Luciano
Opinión: Claudio Gastaldi
Opinión: Guillermo Luciano
Policiales
Política
Provincial
Puerto Yeruá
Salud
Sin categoría
Sociedad
Violencia Laboral

De la CGT de los Argentinos al Cordobazo

Como dirigente sindical enfrentó a las corrientes del vandorismo que negociaban con los militares y dejó como legado su propia historia, la del sindicalista que defendió consecuentemente los intereses de los trabajadores, que sufrió persecución y ataques y que murió en la misma sencillez con que había empezado su carrera como dirigente sindical.

Su casa en el barrio de Los Polvorines fue en los años ‘60 un punto de encuentro de las agrupaciones del peronismo combativo, sobre todo las que militaban en el campo gremial. Había nacido en 1925 y en 1943 comenzó a trabajar como obrero gráfico. Había estudiado en colegios católicos y esa formación lo acompañó también en su militancia. Ongaro se asumía como un cristiano revolucionario y los comunicados de la Gráfica, cuya conducción ganó como candidato de la Lista Verde, estaban encabezados por una cruz verde y comenzaban siempre con la frase “Hermanos en Cristo”.

De una honestidad franciscana, junto con Jorge Di Pasquale, del gremio de Farmacia, expresó al ala más radical del peronismo gremial, aunque nunca se enroló en ninguna de las organizaciones revolucionarias de la época. Pero esa militancia le costó encarcelamientos, persecuciones, exilios y el asesinato de uno de sus hijos.

Ongaro había fundado la Lista Verde de la Gráfica pero durante los gobiernos peronistas no tuvo cargos gremiales ni políticos. En 1955 asumió como secretario general de la Lista Verde, que fue enrolándose con los sectores más duros del peronismo, primero en las 62 Organizaciones y después en las 62 de Pie. En noviembre de 1966 ganó las elecciones en la Federación Gráfica Bonaerense y en la Federación Argentina de Trabajadores de la Imprenta. Los medios comienzan a reconocerlo, hay una tapa de Primer Plana con la foto de un hombre de buen porte y traje y corbata. Lo anuncian como expresión de la nueva dirigencia sindical.

En 1968 ganó la elección en el Comité Central Confederal y el hombre que denunciaba a la burocracia sindical resultó elegido secretario general de la CGT por el voto de la mayoría de los congresistas . Derrotado, el vandorismo se retiró, desconoció el Congreso y creó la CGT de Azopardo. La CGT que dirigía Ongaro pasó a llamarse CGT de los Argentinos. El Cordobazo se produjo entre el 28 y el 30 de mayo de 1969. Un mes después fue acribillado a balazos Augusto Timoteo Vandor y Ongaro fue detenido junto con Elpidio Torres y Agustín Tosco, que habían encabezado el Cordobazo. Ongaro estuvo preso varios años. Al salir en libertad respaldó la creación de la corriente Peronismo de Base. Tras la muerte del general Perón, a fines de 1974 creó junto a otros sindicalistas combativos la Coordinara de Gremios, Comisiones Internas y Fábricas en Lucha por lo que fue detenido en 1975. Lo presionaron para que se fuera del país pero se negó y comenzó la persecución a su familia hasta que finalmente decidió exiliarse. Fue un largo y doloroso destierro en España con el peso del recuerdo de su hijo fusilado.

Al regresar en 1984, fue recibido por su gremio y volvió a ocupar un lugar ya no como conducción, sino más bien como referente histórico y ético, en la dirección de la Federación Gráfica Bonaerense, en cuya sede de Paseo Colón 731hoy serán velados sus restos.

Entradas relacionadas

Deja el primer comentario