El factor estructurante que tiene el anti-peronismo es el odio y la indiferencia hacia lo social. Esto es el punto de anudamiento que produce un efecto unitivo contra lo popular. En consecuencia, las falsedades que se expresan buscan instigar su rechazo, pero, sobre todo, procuran encubrir las verdaderas razones de dicho rechazo. Los sujetos neoliberales, tienen la fantasía de instaurar una vida sin política, sin oposición a sus ideas, y por sobre todo sin antagonismos populistas que pongan en peligro el statu quo neoliberal. Se fundan en la antinomia civilización o barbarie.
Las angustias que les despierta el peronismo cuando gobierna a la derecha, es que protege aquello que denomino Sigmund Freud “identificación por comunidad”, al comprender a las personas en marcos colectivos, aquella identificación que estructura, ordena un sentido de pertenencia. Contrario al pensamiento neoliberal que protege los valores del individualismo, la meritocracia, la renta y las ganancias. Freud cuando indaga el origen del derecho y de la comunidad, sostiene que consiste en la “unión de muchos débiles y de potencia desigual”. El peronismo, precisamente, pone en evidencia eso, desnudando la falsedad de que el Mercado es la sociedad y, sobre todo, la tendencia neoliberal a naturalizarla.
El peronismo es sin duda alguna defensora de la intervención del Estado, precisamente, para disminuir la necesidad, porque todos necesitamos. Por ello, la protección frente a los riesgos de la vida, no finaliza en los llamados “pobres”, sino que también nos comprende a todos, a los que precisan cobertura de salud, a los que desean estudiar, a quienes procuran informarse, a quienes pierden el empleo, a empresarios que necesitan ATP para hacer frente a los salarios de los trabajadores por los efectos de la pandemia.
El peronismo no es “que se muera quien tenga que morirse”. Me pregunto, entonces, si el rechazo al peronismo (entre otras tantas razones) no esconde también la tentativa de abandonar a los excluidos del mercado, a la que se pretende suponer sólo ajeno. Por eso, vale subrayar que la actitud excluyente no consiste solo en la supresión del otro sino también en la expulsión de los desamparados.
Mientras el neoliberalismo actúa sobre la exclusión, el peronismo obra sobre los efectos, a partir de atender las demandas. Esta distinción es correlativa de otra, toda vez que mientras el peronismo habilita la expresión del sentimiento de injusticia, el neoliberalismo fogonean mentiras y violencias antidemocráticas por parte de personajes de conductas repudiables.
Las frases repugnantes, violentas que dejaron algunos personajes de nuestra derecha neofascista nativa, nos mostrará el desprecio, el odio.
Recuerdo algunas. Jaime Durán Barba dejó la frase repugnante: “el votante de Cristina está vinculado al que vende mercaderías con marcas falsificadas, parásitos del subsidio, o es parte del millón de personas vinculadas al narcomenudeo”.
“Hay que ver cuán pobre son los pobres”. “Le hicieron creer a un empleado que podía tener celular e irse de vacaciones”; González Fraga.
“Todas las mujeres que reciben la asignación por hijo buscan tener algún otro para tener un poco más de dinero”, el cómico y condenado Del Sel.
“Cristina lo único que sabía era darle dinero a los muertos de hambre para que la bancaran y decirles pobres para humillarlos”. “El hambre del pueblo es una campaña sistemática de propaganda de C5N, no hay hambruna”, se despachó la heroína de la República Elisa Carrió, para justificar que no había pobres cuando gobernaba Macri.
“Me gustaría que los peronistas no vengan a mi negocio”, dueño de un bar coqueto y otros locales gastronómicos de nuestra ciudad, amigo de Lilita, que cuando los humildes reciben ayudas sociales se la gastan en una pizza o un pancho con Coca en alguno de sus negocios.
Mientras haya anti peronismo habrá peronismo. El anti peronismo es el oxígeno del peronismo. Lo motiva, lo agranda, le da poder porque el peronismo no es solo un partido político, es el marco donde se referencia gran parte del pueblo.
El peronismo es quien puso el pecho a la dictadura sangrienta y sufrió la gran mayoría de desaparecidos. El peronismo es más que decir está en contra del neoliberalismo, es un proyecto que construye la esperanza de la gente, así lo graficaba Esteban Galarza.
El peronismo, en definitiva, pretende que lo interpreten los trabajadores, los que quieren tener una vida digna, los que no quieren que pocos tengan mucho y muchos no tengan nada; y no tilingos enfadados y marcados por la codicia y el odio.
Termino recordando la hermosa milonga de Francisco Canaro y el poeta Ivo Pelay que cantaba Tita Merello, que dice: “Se dice de mí…. Podrán decir, podrán hablar, murmurar y rebuznar…Y ocultan de mí…. Ocultan que yo tengo unos ojos soñadores”.
(*) Ex presidente del Concejo Deliberante de Concordia y ex diputado provincial.