Cristian Acuña, secretario gremial de Agmer Concordia, indicó que han recepcionado varios reclamos de varias escuelas que han reclamado mejores condiciones de seguridad. Entre ellas, la Nº 3 Sarmiento, la primaria Nº 74 “J.J. Valle” y la secundaria Nº 37 “Che Guevara” (comparten edificio), la primaria Nº 71 “Independencia” y la secundaria Nº 35 (comparte edificio), la Nº 10 “República de Entre Ríos”, la Nº 76, la Nº 78, la Nº 23 “República Oriental del Uruguay”, la Nº 7 “López Jordán”, la secundaria Nº 30 “María Elena Walsh” y la primaria Nº 73 “Pancho Ramírez”.
Griselda Toulliet, Directora Departamental de Escuelas, indicó que en las escuelas Nº 74, Nº 71, Nº 10 y Nº 7 hay policías de 7 de la mañana a 22:30, en el resto piden que los efectivos crucen en los horarios de entrada y salida. “Es una tranquilidad para los docentes y para los chicos principalmente para cuando salen, van, vienen”, señaló. La mujer señaló que no han ocurrido hechos que lamentar luego de que se apostaron los efectivos policiales. “No ha llegado ningún tipo de comentarios que les haya pasado algo. Sino inmediatamente nos avisan”, señaló.
La mayoría son de la zona noroeste de la ciudad. En la 73 hace poco un padre intentó agredir a una maestra de un puñetazo. Pero, por ejemplo, Acuña indicó que cada tanto se pide presencia policial en la “República Oriental del Uruguay”, ubicada en la zona sur, debido a que cada tanto hay hechos delictivos o violentos que “ponen en riesgo la integridad física de los compañeros y alumnos”, dijo el gremialista.
Acuña indicó que los docentes piden que se incrementen las rondas policiales en los alrededores durante los horarios de entrada y salida. En ocasiones, “los chicos no pueden llegar o los docentes”, dijo. Un ejemplo fue el robo que sufrieron dos docentes de la escuela “María Elena Walsh”, otro establecimiento situado en la Zona Sur, a una cuadra y media de la escuela, cuando venían caminando por calle Leguizamón. “Queremos que la policía custodie la seguridad de los compañeros”, indicó.
Es más factible que colocar un policía de guardia. De hecho, hay escuelas que tienen tres turnos como la “República de Entre Ríos” y allí la presencia policial es permanente por lo que se necesitan tres efectivos diariamente.
Acuña, además de adherir a los reclamos coyunturales como el incremento de la presencia disuasoria de la policía, exigió medidas de fondo de tipo sociales. En tal sentido, hizo referencia al trabajo genuino, inversión en salud y educación. Para Acuña, las escuelas son un ejemplo de la desinversión del Estado. “Hay escuelas donde no hay libretas, en la mayoría no hay tizas, no hay libreta de calificaciones, de asistencia; cosas elementales que se necesitan para trabajar cotidianamente. Hoy los compañeros toman asistencia en una cuadernola, en un cuaderno; en lo que tienen, en lo que logran juntar con la cooperadora”, señaló.
Siguiendo en esa línea, el gremialista mencionó que se sólo se destinan $ 150 para mantenimiento. Si una botella de 4 litros de lavandina cuesta $ 48, se deduce que el dinero debe alcanza para 12 litros que deben durar el mes entero sin contar otras necesidades como escoba, trapo de piso, etc. “Mayor seguridad es un paliativo pero se requiere mayor seguridad social y para ello se requiere mayor inversión en educación, salud y salarios de los docentes”, indicó.
Por su parte, Toulliet reconoció que no hay efectivos policiales para poner “en todas las escuelas”. En la ciudad hay más de 120 establecimientos primarios y secundarios. La forma más rápida de resolver es enviando efectivos a los lugares donde se han suscitado algunos inconvenientes en los horarios pico. La funcionaria indicó que los policías siempre “están pasando y vigilando por cualquier problema”. Y remarcó que siempre tuvieron “buena respuesta de la Policía”.
Toulliet indicó que no es posible colocar policías en todos los establecimientos escolares. “Si ponemos policías en todas las escuelas, no sé que cantidad de policías quedan”, manifestó. “Un poco también es el temor que tenemos todos pero pedir permanentemente que hay policías me parece que es un poco difícil”, admitió.
El problema más urgente lo padece la escuela Nº 10 “República de Entre Ríos”. Mañana habrá una reunión entre la comunidad educativa, la Departamental de Escuelas y la Zonal de Arquitectura. “Generalmente entran los fines de semana a destrozar la escuela. En esa escuela es como que se han acostumbrado la mayoría de los chicos a entrar a la escuela para jugar. No importa que sólo fuera para jugar sino que se rompe. Ahí es donde está el problema porque se rompen las instalaciones de la escuela. Entonces el tema es que podamos ver la forma de solucionar el tema del cerramiento de la escuela que es lo que la gente pide”, mencionó Toulliet. “Al no tener un muro, un cerco, aprovechan para entrar”, admitió.
La directora departamental se preguntó que es lo que le pasaba a la comunidad y por que razón “ataca a la escuela”. “No sé que sentido tienen; que pueden sacar”, reflexionó. “Los que entran no deben ser alumnos de las escuelas. Por lo general los chicos tienden a cuidar las escuelas. Sanen que es su lugar. Y un poco es la impotencia de que las escuelas hacen muchos esfuerzos para mantenerlas porque no es fácil y que vengan y te la rompan así no es agradable”, indicó.
La hipótesis respecto de que no son alumnos de la institución lo que ingresan leva a preguntarse si son estudiantes de alguna escuela. O si se trata de adolescentes que están fuera del ámbito educativo. De ser así, no extraña que haya jóvenes sin perspectiva alguna de futuro que pierden la perspectiva de una vida sana a medida que pasa tiempo en la calle.
A esta altura no debería extrañar que desconocidos entren, rompan y roben en una escuela cuando el fin de semana pasado lo hicieron en la parroquia Gruta de Lourdes donde se llevaron un baffle, un micrófono, floreros, un ventilador y hasta un rosario. Una medida exacta de la pérdida de valores que afecta hondamente a la comunidad.