Ilarrás está procesado por abuso y corrupción de menores ocurridos dentro del seminario de Paraná, entre los años 1984 y 1993 cuando las víctimas, que por entonces tenían entre 12 y 14 años, iniciaban su carrera religiosa. “Las 7 personas que declararon y que hoy son adultos de más de 40 años, se quebraron en el medio del relato”, comentó Allende. “Eso demuestra el dolor que llevan adentro por los abusos y la necesidad y espontaneidad en las declaraciones”, agregó. “Todos se quiebran ahí adentro al escucharlos”
Dentro de este marco, el abogado querellante reiteró lo que viene remarcando desde el año 2012, respecto al “encubrimiento por parte de las altas autoridades de la iglesia que siempre supieron lo que pasaba y no hicieron nada”. Sobre ello, Allende afirmó que se está reforzando el debate y será materia también de investigación y análisis probatorio para que se remitan las actuaciones pertinentes con el objetivo de estudiar la posibilidad del “delito de encubrimiento por parte de algunos Arzobispos que tomaron conocimiento directo de las víctimas y no avisaron ni a la familia ni a la justicia”, explicó.
“Fueron dos días sumamente importantes para ir consistiendo en la culpabilidad de Ilarraz, hubo ahora un cuarto intermedio hasta la semana que viene donde van a haber más testigos que, en forma directa, van a corroborar los dichos de las víctimas”, señaló el letrado. “Ya casi que está todo probado y, si bien hay que ser cauteloso hasta el final, la pena que prevé el Código Penal ante estos casos es un mínimo de 20 años y de ahí se van sumando y restando más minuciosamente”, concluyó.
