Cuestionan informes ambientales de Botnia

El trabajo fue coordinado por el profesor Marcelo Conti, vicepresidente de la Academia Internacional de Ciencias del Medio Ambiente de Venecia, quien conformó un grupo de trabajo de expertos (GTE), y sus resultados ya fueron presentados al presidente Néstor Kirchner y al canciller Jorge Taiana a principios de este mes.
Entre las 20 carpetas que la Cancillería argentina le entregó al diplomático español Juan Antonio Yáñez Barnuevo, en el contexto de la intermediación con Uruguay gestada por el rey Juan Carlos de España, este documento sobresale por su virulencia contra las plantas de celulosa.
Los expertos concluyeron que no hay datos sobre los impactos a largo plazo que las plantas de celulosa pueden tener sobre la población y la biodiversidad. Acusaron a las consultoras de dejar la proposición de soluciones a la etapa de monitoreo del funcionamiento de las plantas, y de no actuar preventivamente. También objetaron el método comparativo aplicado para medir los eventuales impactos, pues no se tienen en cuenta las particularidades del ecosistema rioplatense.
El documento de los investigadores dice que ninguno de los informes contratados por el Banco Mundial respalda con datos la afirmación de que no habrá contaminación y que hay poca claridad sobre el proceso de blanqueo que se utilizará en la producción de la celulosa. Incluso afirma que no se tuvo en cuenta el impacto sobre los sistemas biológicos.
A pesar de todas esa serie de falencias, a partir de esos informes ambientales Botnia consiguió de parte del grupo del Banco Mundial un préstamo de 170 millones de dólares para terminar su planta en Fray Bentos.
En algunos de sus puntos salientes, el trabajo de la Universidad de Roma señala: “No es aceptable que en algunas partes el documento de Ecometrix se afirme que no habrá efectos de las plantas de celulosa con respecto a algunos contaminantes, por ejemplo dioxinas y furanos sin justificar dicha afirmación. El mismo tono se encuentra en el informe de Hatfield”.
En otro párrafo expresa: “Lo afirmado por el informe de Hatfield carece de sentido científico y demuestra que el impacto sobre los sistemas biológicos no ha sido considerado. El informe de Ecometrix no hace distinción entre contaminación y posibles efectos tóxicos en el hombre. Es más: parece no tener en cuenta los efectos tóxicos y de los riesgos para la salud que derivan de exposiciones crónicas”.
También se expresa que los datos relativos a la programación industrial “en general son insuficientes”. Por ejemplo, menciona: “No hay noticias suficientes sobre la vida media de las plantas de celulosa y sobre las estimaciones que puede haber al respecto en los impactos futuros”.

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