}
Mas allá de que los hechos del duro presente nos imponen que, para que con la democracia se coma, se eduque y se cure, no basta en vivir un cuadro institucional que la represente formalmente sino que es necesario que se ejerza el derecho de las grandes mayorías populares a vivir en una sociedad donde se propenda con claridad, energía y valores republicanos, a la equidad y a la justicia social, algo que evidentemente no esta ocurriendo en estos días en que a fuerza de golpes de mercado una runfla de canallas, apoyados en una justicia trucha, que impúdicamente avala el saqueo moral y económico que estamos sufriendo. Situación, y en homenaje a la sinceridad hay que decirlo, no ocurriría si no tuviéramos como presidente a un timorato, que reconociendo púbicamente lo que pasa, no se anima a tomar el toro por las astas y recomponer con un DNU (el mismo instrumento que utilizó su antecesor para infectar la Suprema Corte de Justicia de la Nación, poblándola de impúdicos desvergonzados) y volvernos a la senda democrática.
ESPELUZNANTE: MACRI, EL MISMO QUE ERA EL ‘LIMITE’ PARA ALFONSÍN, LO REEMPLAZÓ COMO PALADÍN DE LA DEMOCRACIA.
Es un cínico, un desvergonzado, un caradura que corre los límites de lo posible en cuanto a degradación institucional. Mauricio Macri, el delincuente (dicho por la justicia, no por el escriba) que fue indultado por otro impresentable a quien la historia tarde o temprano ubicará en su cloaca, el personaje siniestro que tuvimos que sufrir como presidente, ahora, luego de destruir la posibilidad de una justicia independiente colocando con un DNU a sus cómplices en el máximo organismo de justicia de la República, y a montones de individuos/as, sin calificación moral ni profesional, en todos los estamentos judiciales, se pone a ‘dar cátedra’ a la sociedad acerca de lo que es la democracia. Confirmando que la historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa. Pareciera que el filósofo que acuñó la idea hubiera sido testigo de este presente nuestro.
DICE MACRI:
.“Como siempre, una de las cuestiones más deprimentes de estos episodios es la reacción del gobierno y, en especial, del presidente Fernández. No toleran que un poder del Estado les ponga límites, aunque su trabajo constitucional sea precisamente ése”.
“Critican la misma legitimidad de la Corte para decidir. Esa conducta, del presidente y la coalición de gobierno, es antidemocrática”,
“La Corte Suprema (la truchada de cómplices que el armó) es el árbitro de nuestra vida en común. Es la que aplica las reglas del partido que jugamos todos los días. Podemos estar en desacuerdo con sus fallos, como podemos dudar de si una mano fue penal o no (SIC).
Y no sigo, porque daña demasiado buscar las citas y luego consignarlas aquí. Solo me detengo en una reflexión final, y perdóneme el que tenga la paciencia de leer esto, por la referencia personal, pero a lo largo de mi vida he tenido y sigo teniendo queridos y respetados amigos en el radicalismo, a quienes hoy veo paralizados ante la dura realidad de ver su divisa política dirigida y representada por los Macri, las Bullrich, los Frigerio y tantos otros que se están relamiendo entre las sombras esperando darle el zarpazo final a la república, mientras se mueren de risa viendo a un contrabandista como Macri, dando lecciones de democracia y honestidad republicana a los argentinos.
