CRONICA DE LOS AÑOS DE PLOMO (II)

LA ALTERNATIVA

Desde mediados de 1975, cuando se hizo evidente la crisis de gobernabilidad, empezaron a barajarse diversas hipótesis. Nadie dudaba que la presidente Isabel Perón, quien había llegado al alto cargo que desempeñaba nada más que por ser esposa del líder fallecido, no estaba en condiciones de ejercerlo.

La solución parecía encontrarse en tomar una serie de medidas de emergencia, las principales parecían ser: a) Obtener la renuncia de la presidenta, o su declaración de inhabilidad por el Congreso. b) Elegir, por vía legislativa,  a un senador del partido de gobierno –el más indicado, el Dr. Italo Luder- como Presidente , hasta completar el mandato. c) Constituir un gobierno de unidad nacional, integrado por representantes de los principales partidos, y con amplio respaldo parlamentario. d) Dictar leyes de excepción para colocar el monopolio de la fuerza en manos del Estado y destruir y desarmar definitivamente a los grupos guerrilleros subversivos-ERP Trotzkista y Montoneros Peronistas de “izquierda”-  y, simultáneamente, a las fuerzas parapoliciales (Triple A, Comado Libertadores). d) Adelantar para el último trimestre de 1976, las elecciones presidenciales

 

LAS LUCHAS BRAVAS

Por ese tiempo-fines de febrero de 1976-,  Raúl Alfonsín visitó Paraná.

En una reunión privada con algunos dirigentes radicales, informó de las agitadas gestiones “contra reloj”, que llevaban a cabo dirigentes políticos de los principales partidos, en procura de una solución que evitase el quiebre constitucional.

Y la aparente frustración de las mismas, ante la actitud reticente del natural postulante-el senador Italo Luder- a ocupar la presidencia, obtenido el desplazamiento de la Sra. de Perón.

Después de la reunión, se realizó un acto al aire libre.

Ante   gran cantidad de personas, en su mayoría jóvenes, que lo aplaudían con entusiasmo, el Dr. Alfonsín terminó su discurso, expresando su esperanza de volver a realizar actos similares en el futuro.

Y agregó:

“Pero, de no ser así, como es de prever, los convoco a las reuniones chicas y a las luchas bravas

 

LAS VÍSPERAS DEL TERROR

En realidad nunca hubo un golpe tan “anunciado”.

Los diarios y revistas de la época venían hablando de eso desde meses antes.

El Vicario castrense Monseñor Bonamín, decía en un sermón que, nada menos que Jesucristo, quería que “los militares fuesen más allá de su tarea específica”

Los diputados y senadores sacaban sus cosas de los escritorios, se sabía que oficiales de las tres armas estaban haciendo cursos de capacitación según el área que les fuera a tocar.

MAÑANA OTOÑAL

Casi que no fue una sorpresa para nadie que el 24 de marzo de 1976 nos despertáramos al son de marchas y proclamas militares en la radio.

Que en la calle y los edificios públicos anduvieran soldados armados,  que te paraban y pedían documentos apuntándote con el FAL, bajo el lema “proteger es querer”.

Un comunicado anunciaba que el país se encontraba “bajo el control operacional de las Fuerzas Armadas”

La Junta Militar asumió por la fuerza el gobierno,   encarceló a la presidenta Isabel Perón, nombró interventores militares en todas las provincias y municipios, metiendo presos en muchos casos a gobernadores e Intendentes.

Una “democrática” votación unánime de tres eligió Presidente al general Jorge Rafael Videla.

El régimen militar disolvió el Congreso Nacional, las Legislaturas y Concejos Deliberantes.

Y declaró que estaba prohibido y era delito “hacer política”.

Se dijo más adelante,  que se estableció una “rígida censura” de prensa.

Verdad a medias, en realidad  muchos grandes órganos de prensa se “auto censuraban”, o estaban de acuerdo con lo que pasaba.

El “Terror” era relativo: buena parte de la sociedad civil, incluidos altos dirigentes políticos, sindicalles y jerarquía de la Iglesia Católica,   aceptaba con pasividad y hasta complacencia-por no decir entusiasmo- la toma del poder por las FF AA.

 

PROCEDIMIENTOS POR “IZQUIERDA

Todo esto en lo que era , relativamente, “legal”u oficial.

Pero paralelamente, a través del boca a boca ,nos llegaban noticias de vastas redadas donde con despliegue de violencia y a veces espectacularidad, eran detenidos por patrullas armadas, militantes políticos  , dirigentes sindicales, referentes barriales.

Y a veces, gente que uno no podía imaginar el motivo por el cual era arrestada.

 

EMPRESARIOS ARRESTADOS

Por ejemplo, en Concordia, en una mañana se llevaron presos varios empresarios, de la industria de la construcción o concesionario de automotor.

 Por lo que se sabía, el motivo presunto era que muchos de ellos habían aportado como accionistas del diario “EL Día” de Paraná, un emprendimiento del gobierno provincial peronista de don Enrique Cresto,  encaminado a quebrar el monopolio de “El Diario” de los Echevehere

El argumento presuntamente “justificativo”que invocaban los mandamases de turno, era que ellos  estaban empeñados en una cruzada contra “los corruptos y los subversivos”.

Categorías caprichosas, sobre todo la última en la que podían incluir a cualquiera, sin derecho a pataleo.

No había posibilidad de recurrir a Justicia alguna. Más aún la Corte Suprema y los Superiores Tribunales de provincia fueron barridos, igual que la mayoría de jueces indeseables o sospechosos.

 

LA “MUERTE ARGENTINA

Dueñas del poder total en 1976, las Fuerzas Armadas encaminaron la represión ,obviando la legalidad, incluso las propias leyes de “excepción” dictadas por ellos mismos.

Escondían  los uniformes, quitaban las chapas de los autos, no informaban sobre los presos.

En la práctica, se hicieron tan clandestinos y ocultos como los guerrilleros a quienes decían combatir.

Y asumieron similares o más aberrantes métodos.

Se movían en células.

La Policía apenas intervenía: su tarea era dejar las “zonas liberadas”.

Los militares, o “grupos de tareas” especiales actuaban. Hacían sus procedimientos, preferentemente de noche. Cargaban las víctimas, y, en ocasiones, también a familiares o amigos.

Se llevaban de las casas allanadas todo lo que valiera como “botín de guerra”.

Subían a los detenidos en los famosos Falcon Verdes, sin patente y los llevaban a los casi 300 centros clandestinos de detención.

Había largos interrogatorios, se aplicaban torturas.

Expresidente Alfonsín con Sabato, informe Conadep

 

¿”CONTRA LA “SUBVERSIÓN”?

-Una de las falacias invocadas por los golpistas del 76  era que su objetivo principal era la lucha contra la “subversión”.

Los grupos guerrilleros violentos, para ese entonces se hallaban sumamente debilitados y con escaso poder de fuego, sufrían el rechazo de la mayoría de la gente, así como duros contrastes en sus enfrentamientos con las fuerzas militares o policiales.

Estaban en posibilidad de realizar atentados individuales, pero no una acción en gran escala como por ejemplo tomar un cuartel.

La mayoría de sus altos dirigentes, algunos estaban presos o muertos, otros  como Firmenich y Galimberti se habían refugiado en el extranjero.   

 Años después, el propio general Videla habría de , admitir que sus objetivos no eran precisamente “luchar contra los subversivos”.

““Nuestro objetivo era disciplinar a una sociedad anarquizada, volverla a sus principios, a sus cauces naturales. Con respecto al peronismo, salir de una visión populista, demagógica; con relación a la economía, ir a una economía liberal. Un nuevo modelo económico, un cambio bastante radical. Queríamos tambien disciplinar al sindicalismo y al capitalismo prebendario” ( Cit por Reato Ceferino, “Disposición Final”, pag. 15)

-Para ello era necesario, según reconoció el propio Videla,  eliminar entre cinco y diez mil personas.

Lo que no se podía hacer abiertamente , ni siquiera mediante procesos sumarios.

De ahí el procedimiento de “noche y niebla”, parecido al que usó Hitler para la “solución final” contra el pueblo judío.

Después del secuestro clandestino, se separaba los “comprometidos” de los “perejiles”.

A los primeros se sacaba, a través de todas las formas imaginables de tortura toda la información posible.

Y después se los mataba.

Los cuerpos se tiraban al mar o sepultaban en fosas comunes como “N N”.

De los “perejiles” algunos, los menos, eran liberados.

La mayoría, con menos suerte, engrosaba la lista de “desaparecidos”

Palabra que, para escarnio , en el mundo empezó a usarse en español, y como sinónimo de “muerte argentina”

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