Una misma idea central ha marcado los mensajes de la presidenta Cristina Fernández en las últimas semanas. En especial tras el conflicto desatado en Aerolíneas Argentinas por la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico (APTA). No boicotear el crecimiento de la Argentina. En la planta que Ford tiene en Pacheco, y en ocasión del 50º aniversario de la llegada de la empresa al país, la presidenta volvió a reclamar ayer diálogo para que los intereses en pugna de los diversos sectores no atenten contra el esfuerzo realizado en los últimos ocho años.
“Les pido muchísima responsabilidad para cuidar lo que hemos logrado”, dijo y recordó que en ese mismo predio, en pleno auge de las recetas neoliberales dictadas desde los grandes organismos multilaterales de crédito, se cerró la planta de motores. “Hoy, en el año 2011, a un poquito más de un año del Bicentenario, (la reapertura de) esta planta de motores de una altísima tecnología nos enorgullece a todos los argentinos”, afirmó la presidenta.
Mientras la crisis financiera e internacional sigue golpeando con dureza a países de Europa y a los Estados Unidos y se da por descontado que sus coletazos llegarán a la región, Cristina recordó que “en los momentos de la crisis de 2008 y 2009, cuando se nos paralizaban los turnos o podían quedar personas sin trabajo, ahí nos sentamos a articular entre el sindicato, la empresa y el Estado para ver cómo podíamos hacer para evitar los principal: que saliera el telegrama de despido”. Y sentenció: “La labor de los sindicatos, del Estado y de las empresas debe ser la de mantener el vínculo laboral” que, explicó, es también una manera de mantener la demanda agregada “que ha sido clave para este crecimiento económico”.
La presidenta defendió así el fortalecimiento del mercado interno porque, señaló, “no es un crecimiento económico que te cae del cielo, es un crecimiento económico que hemos sostenido a rajatabla contra viento y marea generando trabajo, generando la posibilidad de volver a discutir entre trabajadores y empleadores sus salarios y sus condiciones de trabajo”.
También fustigó el ajuste como receta para combatir la crisis en Europa y resaltó el fortalecimiento del mercado interno como salida. Y dio cuenta del cambio de época que significa el comenzar a focalizar de manera más precisa los subsidios en quienes más lo necesitan. Pidió valorar “lo que tenemos” para seguir profundizando aquellas cosas a las que es preciso dar continuidad “y que han resultado muy buenas en estos ocho años y corregir las que no se han hecho mal, sino que simplemente con el paso del tiempo han tenido distorsión y deben ser reencauzadas para que vuelvan a cumplir el fin que siempre tuvieron: dar posibilidades de crecimiento al mercado interno, sostener la demanda agregada, y sabemos que una de las claves es precisamente que los sectores más vulnerables de la economía tengan acceso a los servicios básicos”. “Sacarles a los que menos tienen es una medida que no va más en el mundo”, sentenció.
Finalmente la presidenta destacó, tras dejar inaugurados dos radares en Misiones y Formosa a través de videoconferencias, los avances alcanzados en materia de lucha contra el narcotráfico desde la implementación del operativo Escudo Norte.
En este sentido detalló que, de acuerdo a las estadísticas realizadas por Gendarmería Nacional, la cantidad de cocaína secuestrada alcanzó los 1874 kilos, un 128% más en comparación con el mismo período del año anterior cuando se decomisaron 821 kilos. Asimismo el secuestro de marihuana creció un 16%, hubo un 64% más de detenciones y un 80% más de procedimientos exitosos.