Todos los candidatos opositores están planteando que “para salir de esta crisis”, deberán bajar o directamente no cobrar impuestos a las ganancias y retenciones. Son los mismos que, además, vienen planteando la necesidad de una devaluación y que acusan a este gobierno de ahondar en el aislamiento internacional en materia financiera.
Observen como, concatenadas, ninguna de esas consignas son simples consignas y mucho menos, pensar que se dicen como al pasar y que son ingenuas, nada de eso. Intentaré explicarlo. Si el gobierno que viene, este o cualquiera dejara de cobrar impuestos, en especial a los que más tienen y por tanto a los que más pagan, el Estado se desfinanciará. Si eso ocurre, necesitará fondos frescos. Un gobierno así recurrirá al financiamiento internacional, es lo que vienen reclamando y al FMI, obviamente (ya no estaríamos más aislados), con lo cual comenzaría un proceso de endeudamiento, reiniciándose así, de nuevo, la historia de deuda externa, intereses de esa deuda, dificultades para pagarla, refinanciación, etc. y monitoreo a nuestra economía.
Los grandes grupos no solo no quieren pagar impuestos ni retenciones, quieren devaluación pues, de ese modo sus dividendos crecen. Se trata de los sectores exportadores que, al devaluar nuestra moneda pierde valor en relación al dólar y así sus productos exportables son más competitivos y por tanto venden más. Ingresarán más dólares a sus arcas que serán dulces, dulces ya que no habrá retenciones y encima podrán llevarlos al exterior y/o a paraísos fiscales y sin el ojo atento de “la yegua”, Moreno y el cepo cambiario.
Por si fuera poco, ya asentaron en la sociedad a través de los multimedios, la idea que este gobierno es un desastre que destruyó el país, así que devaluarán, generando en los sectores más vulnerables de la sociedad una pérdida de su poder adquisitivo y saldrán a echarle la culpa a la yegua y a todos los corruptos K.
Massa a su vez ya adelantó que para aquellos jubilados que quieran ingresar al proceso jubilatorio de capitalización podrán hacerlo pues él se encargará de instrumentarlo. De ese modo, el actual sistema de reparto se desfinanciará y como ya encontraron personas (no se ciudadanos) que repiten falsamente que este gobierno le “usa la plata a los jubilados”, regresarán a algo parecido a las AFJP, con el hándicap de que no les quedó otra pues la “mugre K”, destruyó todo
Y así podría seguir hasta el cansancio, porque la verdad es que, el plan de los opositores a todo, es tan elemental que parece pensado para chicos de escuela primaria. Las elecciones que tendrán lugar el 27 de este mes, podría terminar de demostrar que aún nos falta la secundaria en materia de ciudadanía. No hablo de todos los opositores, está claro. Los que defienden sus intereses están en su derecho a hacerlo y está bueno que lo hagan. Me cuenta entender a los imitadores y repetidores de cliches, esos que en autos desvencijados colocaban carteles que rezaban «yo soy el campo».
Podría decir eso, es verdad, pero siendo más riguroso, no debería pasar por alto que, todo esta enorme confusión no hubiese sido posible sin el repiqueteo constante del oligopolio mediático que TV y radio mediante lograron un coro fabuloso y amplio encargado de boicotearse a sí mismo.
En ese sentido no puedo dejar de pensar en el daño que la Corte Suprema de Justicia (esta Corte, a la que yo y millones hemos calificado como progresista y destacable), le ha hecho a esta sociedad que la destaca, al permitir que un grupo económico sea más poderoso que un gobierno elegido por el 54 % de la población. Me refiero por si alguien no entendió, a que hace 4 años esta justicia impide la puesta en práctica de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (Ley de Medios) con la que se hubiese logrado un debate más rico que este lorerío que aturde.