Los registros del mes de diciembre y enero fueron de 350 mm en la cuenca inmediata y de 440 mm en la cuenca media. Esto provocó que el caudal de aporte al embalse de Salto Grande se incremente de 4000 m3/s que se tenía el día 14 de diciembre a valores superiores a 8000 m3/s que se mantienen desde hace 25 días con máximas de 12.500m3/s, valor que se registra en el día de la fecha.
“Esto incluso es superior a lo que oportunamente informáramos en los citados comunicados, ya que el aporte de la cuenca media continúo creciendo en un ritmo sostenido producto de las lluvias antes mencionadas. No hay nada más que observar los niveles que ostenta el río a la altura de Paso de los Libres”, sostuvo Cresto.
“Es así que el promedio del caudal de aporte en lo que va del mes de enero es de 10.130 m3/s, valor que si bien no puede definirse como crecida extraordinaria que cause problemas de inundaciones y evacuaciones, sí es importante para esta época del año que es considerada como de estiaje cuyo valor medio histórico es de 2515 m3/s. Es decir que el caudal de aporte actual del río Uruguay es ahora 4 veces superior al valor medio histórico”, agregó.
En el momento de comenzar esta situación el nivel del embalse se encontraba en 33,50 metros, valor éste inferior al máximo normal. Como consecuencia del volumen de agua recibido desde esa fecha se debió comenzar necesariamente a aumentar la erogación por la presa.
Desde la CTM sostienen que lo que se ha hecho – ante un panorama inusual para la fecha – es sostener niveles elevados en el lago (lo que, por otra parte, generó fuertes reclamos por parte de la Asociación de Ribereños). De no haber hecho esto la afectación aguas abajo hubiese sido aún mayor. Sin embargo, como es fácil comprender, el embalse tiene una determinada capacidad de contención, que en algún momento llega a su límite y se hace imposible tomar otra decisión que no sea abrir las esclusas y permitir la salida del agua.
Además, Cresto explicó que la operación realizada “corresponde a la más ajustada lógica, y muy lejos está del supuesto interés de producir más energía, que en estos casos queda como un producto secundario. De hecho en estas situaciones, la producción de energía se puede ver afectada”.
“Es decir, por si hace falta remarcarlo: la operatoria de la represa no responde, bajo ningún punto de vista, solo al ‘afán de generar energía‘. Quien dice esto miente alevosamente. Y suponemos que esta mentira se basa en el desconocimiento, puesto que de no ser así deberíamos pensar en malicia o intención de dañar gratuitamente la imagen de la CTM frente a la comunidad” aseveró.