Hoy concluye una transición que comenzó el 18 de marzo por la noche, cuando recibía los resultados que no esperaba. Cresto apostó a ser reelecto pero eligió (quizás porque no le dejaron opción) ir por fuera del PJ. Quizás los últimos meses al frete de la intendencia le sirvieron como terapia para digerir la derrota. “No es fácil conducir la municipalidad desde la adversidad después de haber perdido pero es meritorio porque hemos conducido la municipalidad hasta el último día”, expresó al programa “Despertá con nosotros” (Radio Activa).
Al mismo tiempo, señaló que: “uno tiene que hacer un gran esfuerzo para que se mantenga en orden y que las cosas se hagan. En estos últimos meses mover a la tropa cuesta. Uno trata de tener la ciudad limpia; los nomencladores (de las calles) arreglados”, indicó.
En cambio, subrayó que en el municipio dejará dinero para pagar los sueldos en diciembre y el aguinaldo, con superávit fiscal, dinero en plazos fijos, el parque automotor renovado en un 70 %. “Tuvimos ochos meses para hacer daño o para hacer las cosas bien, y preferimos dejar las cosas bien”, indicó.
Los ejes por los que debería transitar la administración que venga, a criterios de Cresto, son: el asfalto y una planta de tratamientos de líquidos cloacales para toda la ciudad. Respecto del primer ítem, dijo que hay que asfaltar los boulevares y los accesos a los barrios. En cuanto al segundo tópico, dijo que “tiene que venir un dinero de la Nación” que debería ser destinado a la construcción de la planta.
Mensaje en clave
Por otra parte, el intendente recalcó que lo único que puede reprocharle a su hijo, Enrique, es que: “es muy crédulo”. Luego sólo explicó que “es una persona que cree en la gente, en las personas”.
Enrique Cresto también apostó a un cargo electivo –vicegobernador- por fuera de la estructura peronista, acompañándolo a Julio Solanas. A los pocos meses de las elecciones de marzo, el diputado provincial –cuyo mandato vence hoy- acompañaba nuevamente al gobernador Jorge Busti durante las recorridas por Concordia. Seguramente, el intendente y su hijo, y quienes conocen su pensamiento, sabrán desentrañar cual es el significado de la frase.