Se avecinan tiempos decisivos y la ciudadanía tiene derecho a participar de un genuino debate de ideas de cara a las elecciones. Es la única forma adecuada para que el voto responsable de cada uno aparezca como fruto de una profunda meditación. Está en juego ni más ni menos -para nosotros y las próximas generaciones- el modelo de provincia que queremos construir y como apoyaremos desde Entre Ríos el sostenido crecimiento del país. Se verá si aquí también tenemos ánimo de superar políticas mezquinas. No olvidamos que conducen quienes hicieron de la dádiva un culto tenebroso, repartiendo cómo en un festival abusándose de las necesidades insatisfechas,
cheques y subsidios de manera alocada, endeudando la provincia, desinteresándose por la recaudación genuina; bastardeando la calidad institucional con nombramientos de políticos en el STJER, y dejando de lado en forma autista los verdaderos problemas a resolver: el déficit habitacional, la exclusión social, la inseguridad, el conflicto docente; el malísimo estado de las escuelas; la falta de protección a las economías regionales, el nulo mantenimiento de los camino; descuidando y desvirtuando el rol del agente financiero del banco de Entre Ríos. Todo eso acompañado de una llamativa y preocupante falta de transparencia de gestión con marcada incapacidad para dar respuestas a casos graves y paradigmáticos de desapariciones de personas. Hemos elaborado – a diferencia del oficialismo y su improvisación diaria – con total seriedad y serenidad programas concretos en los temas inherentes a la función pública, privilegiando un alto contenido ético y tenemos una batería de medidas concretas para implementar en cada una de las áreas de gobierno desde el primer día. Con una mirada geopolítica y estratégica para aprovechar al máximo los recursos humanos y materiales con los que cuenta el territorio provincial y las ventajas de nuestra ubicación en el país y en el MERCOSUR, con la finalidad de integrarnos exitosamente en la economía global.
Esa será nuestra oferta electoral que se pondrá a consideración y que concluimos luego de un arduo trabajo a conciencia, con rondas de consultas, en el que sin dudas ni titubeos plasmamos con la participación de sectores bastos de la comunidad (productivos, de la banca, del comercio, del agro, entidades intermedias, profesionales, trabajadores), pese a los golpes bajos con los que continuamente nos azota la mediocridad y desesperación de quienes quieren permanecer perennemente atados al poder, por no tener grandeza.
Debemos terminar con las temerarias chicanas de quienes adoran la pirotecnia verbal, con declaraciones efectistas y vacías que producen solo el hartazgo y enfado popular para debatir de cara a la gente sobre los temas importantes no sólo para la vida cotidiana, sino también para el desarrollo.
Debatir es prioridad uno en nuestra agenda. Esa es la obligación moral y política por excelencia que hemos asumido con compromiso en esta recta final de campaña, para que la opinión pública tenga la oportunidad de sopesar al milímetro cada propuesta, de apreciar las sustanciales diferencias entre unas y otras, y de ver frente a frente a los candidatos. Así se podrá evaluar desde sus gestos y reacciones hasta la calidad de los proyectos.
Para ganar en pleno siglo XXI no solamente hace falta dinero, especialistas en marketing político y encuestas digitadas: Hay que mostrar ideas, capacidad para materializarlas y madurez. Todo acompañado de pulso para corregir lo que está mal, valentía y convicción para superar dificultades e inteligencia para medir cada momento.
Humildemente hemos trabajado para conocer al detalle las necesidades de nuestro pueblo. Estamos convencidos de que somos una alternativa superadora a esta propuesta de Urribarri que en la práctica significará sumir o postrar en el atraso la provincia.
Tengo la capacidad moral e intelectual para ser participe activo de la transformación de la provincia de Entre Ríos, y para ser la garantía de crecimiento de la ciudad de Concordia.
Decirle a Urribarri que conozco su forma de pensar, de actuar y sus antecedentes de gestión, y por eso jamás dudé en enfrentarlo. Le pregunto si conoce algunos de mis mas de trescientos proyectos presentados en la legislatura provincial que abordan los temas más sensibles para la ciudadanía.
Lo invito al candidato a Gobernador del oficialismo a que señale medio, día y hora para encontrarnos. En un lugar público y apto para transmitir propuestas, proyectos. Que también elija el moderador. Pero que vaya dispuesto a discutir, desmenuzar y explicar cada programa, rendir cuentas por lo que hizo y por lo que dejó de hacer durante su estadía en la función pública. Que con meridiana claridad exprese su visión sobre la realidad de Concordia y la región y que perspectivas vislumbra para el futuro. La invitación queda hecha. En un Estado democrático necesitamos del noble debate para que los dirigentes podamos estar a la altura de nuestro pueblo.