Los funcionarios del grupo ENCE recibieron ayer de mañana en España y también en Uruguay una comunicación firmada por el nuevo consejero delegado, Pedro Oyarzábal, donde anuncian importantes cambios en la gestión de la empresa. Entre ellos, se eliminan las divisiones Celulosa y Forestal, y Fernando Nicolás, único representante del grupo con antigüedad en la empresa, pasa a un cargo adjunto al director general.
Estas modificaciones, según interpretaron ayer los medios uruguayos, representan la etapa previa al abandono de la inversión en el vecino país.
Además, se dan intensos movimientos en la compañía: en enero cambió el grupo que la maneja, en marzo se reemplazó al presidente y recientemente al CEO y al director de la división Celulosa.
También trascendió en el país vecino que ENCE habría incrementado tratativas para vender su proyecto de celulosa y el comprador no sería otro que la finlandesa Botnia, que tiene avanzada la construcción de su fábrica en Fray Bentos y se negó a paralizar las obras para dar lugar a un estudio de impacto ambiental transfronterizo imparcial.
Asimismo, se conoció que el jueves la delegación argentina que acompañó al presidente Néstor Kirchner en España tomó contacto con el nuevo presidente de ENCE, Juan Luis Arregui, lo que fue confirmado por el canciller Jorge Taiana. Este encuentro también fue interpretado desde el Uruguay como un anticipo de la retirada de la empresa.
Sin obras
Mientras tanto, ENCE no renovó los contratos laborales a 63 trabajadores, en sintonía con la decisión tomada el 28 de marzo de acatar el pedido argentino de suspensión de las obras de construcción de su planta.
Lo confirmó ayer a Télam un vocero de la empresa española, quien señaló que “ENCE respetó los contratos ya firmados, pero no renovará los que están por vencer”. En rigor, la firma nunca comenzó la etapa de la obra civil de su pastera, y sólo venía realizando trabajos de movimiento de suelo.
Lo que no se renovará serán los 63 contratos que finalizan el 30 de junio y que, en caso de haber sido normal el funcionamiento de la planta, habrían sido renovados automáticamente. Los trabajadores pertenecen a la empresa constructora Teyma.
“Muchos operarios ya están reubicados en otras industrias del sector”, dijo la fuente, haciéndose eco de la preocupación manifestada por el Sindicato Único de la Construcción (Sunca) por el futuro de los 3.000 puestos de trabajo que ENCE y Botnia generarían con su actividad en Uruguay.
Esta inquietud se debe a que la Corte Internacional de Justicia de La Haya evalúa si acepta o rechaza el pedido argentino de una medida cautelar que suspenda ambas obras por 90 días para permitir los estudios ambientales.
Según la prensa uruguaya, el jefe de Recursos Humanos de ENCE, Javier Vilas, ratificó a dirigentes del Sunca que la continuidad de las obras está supeditada al fallo de la Corte, que se estima que se conocerá a mediados de julio.
La decisión de la Corte también incidiría directamente sobre la resolución del Banco Mundial en torno del préstamo que le solicitó el grupo empresarial español para financiar el emprendimiento en Uruguay.
“Todo depende de lo que pase en La Haya”, declaró el vicepresidente del Sunca, Fabián Gadea, tras la reunión que mantuvo el jueves con ejecutivos de ENCE.