«Más que preocuparse hay que ocuparse, porque es un problema que estamos viviendo», sostuvo el profesional, y aclaró: «Es una enfermedad más leve. Puede ser por la cepa, que tiene menos capacidad de infectar el epitelio pulmonar, pero ha aumentado claramente su capacidad de difundirse entre las personas. Hay muchas personas enfermas, pero no muchas graves», agregó.
Consultado sobre el impacto que puedan tener las vacunas anticovid en este escenario, Galiana señaló que «es probable que la administración de tres o cuatro dosis genere que pueda pasar más desapercibido y que la persona que contrae el virus lo padezca de forma «menos grave».
En el mismo contexto, el experto reconoció que actualmente los test PCR – que son los que mayor confiabilidad brindan – son los que menos se utilizan, mientras que los test rápidos (de antígenos), «aunque no tengan el 100% de sensibilidad o no sean el gold standard como el PCR, son los que se utilizan en la mayoría de los casos». De todos modos, «tienen buena sensibilidad, especificidad y facilidad de uso», reparó.
No obstante, «más allá de cuál de los métodos se utilice, se está testeando menos actualmente», indicó Galiana y aseguró «que hay muchos más casos de lo que se registran». Además, «la mayoría de las veces que se hace el test no se denuncia como caso, y en relación a las certificaciones laborales por ejemplo, la persona debe presentar ante el BPS el resultado y obtener los días de reposo», detalló. «Entonces, por cada caso que se denuncia, es probable que haya cinco o seis casos alrededor y no se informan, por lo que hay que multiplicar».
«Uno ve que el MSP informa con subregistro, que es natural que lo haya, pero hoy por hoy prácticamente el 20% de los test dan positivo, cuando hace un mes y medio era menos del 5%. Eso ya nos da una pauta de lo marcado que va el aumento», enfatizó.
Ante la pregunta de por qué ocurre esto, el profesional dijo que la cepa dominante (omicron) es «menos virulenta, pero se difunde más fácilmente». A eso se suma que «hay gente que lo considera un mínimo resfrío o una rinitis y no deja de ir a trabajar; que no se usa en lugares cerrados el tapabocas – que sigue siendo una barrera para que se difunda la infección – y que hay reuniones y aglomeraciones en lugares cerrados». «La gente se cansó, es lógico, pero hay mucha circulación de sars-cov-2», concluyó.
