Inmediatamente me acordé – “ la memoria pincha hasta sangrar” dice Gieco – de entrañables y queridos compañeros uruguayos que ya no están y que padecieron brutales tormentos durante la dictadura . No quiero comprometerlos con mi opinión aunque tengo casi la certeza de cuáles serían sus pensamientos.
El Profe estuvo casi 15 años en prisión, fue juzgado y condenado tres veces por el mismo delito, las brutales torturas al momento de su detención fueron caricias al lado de las que recibió poco antes de ser liberado, en esas sesiones de torturas muere uno de sus compañeros, y en lo que le quedó de vida, el cáncer lo fue comiendo de apoco, y es literal , fue perdiendo los dedos , las manos para finalmente morir sin otro reconocimiento que la lejana solidaridad de algunos amigos. Fueron muchos los Uruguayos que tuvieron este final, y me parece que son hechos no muy conocidos, las secuelas de los años de cárcel y los malos tratos ,tuvieron en los presos políticos uruguayos efectos desbastadores, además de las muchas desapariciones de las cuales poco se habla.
Creo que pedir JUSTICIA CON TODAS LAS GARANTIAS , tal como lo establecen las diferentes Declaraciones y Pactos en materia de Derechos Humanos , no es ninguna política revanchista ni atada al pasado , todo lo contrario es la única manera de restañar heridas y avanzar en el camino de la dignidad de los pueblos.
Querido Profesor Kennedy , tus amigos y hermanos entrerrianos no te olvidamos y seguiremos empecinadamente reclamando MEMORIA VERDAD Y JUSTICIA más allá de estas fronteras que nunca pudieron separarnos.