Japón informó, además, que el misil se rompió en tres partes que cayeron en el agua, no muy lejos de la isla de Hokkaido, en el norte del país y que en ningún momento sus fuerzas militares intentaron derribarlo.
El Ejército surcoreano detalló que el misil logró recorrer 2.700 kilómetros y que fue lanzado desde las afueras de Sunan, donde se encuentra el aeropuerto internacional de Pyongyang, la capital, según informó la agencia de noticias oficial de Corea del Sur Yonhap.
Este lanzamiento supone un nuevo desafío a las reiteradas prohibiciones y sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU, que rechaza cualquier desarrollo militar norcoreano que pueda estar vinculado o potenciar su programa nuclear.
En julio pasado y en plena guerra verbal con el gobierno de Donald Trump, Corea del Norte probó con éxito dos misiles intercontinentales, capaces de alcanzar territorio estadounidense, lo que desencadenó una fuerte escalada de tensión en la región.
A principios de agosto la ONU castigó estos lanzamientos con un duro paquete de sanciones, lo que desató una renovada escalada verbal entre Pyongyang y la Casa Blanca, que llevó a Corea del Norte a amenazar con atacar la isla de Guam a modo de represalia.
Finalmente, cuando los dos países no tenían más opción que concretar sus amenazas, la tensión cedió. Sin embargo, las advertencias se suceden casi todos los días, al igual que los despliegues militares, como el lanzamiento de este lunes por parte del gobierno comunista de Pyongyang, y los ejercicios bélicos conjuntos entre Seúl y Washington en la zona.