El 20 de agosto de 1997, la gobernación entregó un cheque de $ 30.000 destinados a la iluminación del cruce de las rutas 2 y 127. Se sabe que el cheque pasó por las manos de Goy, Luna, Subieta, la presidenta de la Junta de Fomento y Alalí. Pero la incertidumbre rodea el destino del dinero. Y un aura funesta envuelve el cruce desde el 27 de octubre de 2003, cuando chocaron un colectivo y un camión de garrafas, segando la vida de 17 personas.
En primer turno, Juan José Luna se abstuvo de declarar. Vestido con una chomba con cuello crema, pantalón de jeans y zapatillas negras, simplemente se limitó a señalar que es analfabeto, condición que no le impide tener una empresa de montajes eléctricos que fue contratada en numerosas oportunidades por el gobierno provincial y la Cooperativa Eléctrica. ¿Cómo hace para escribir los planos? Le preguntó una jueza. “Le pido a un técnico electromecánico que me diga lo que tengo que hacer”, respondió.
Omar Alalí, conocido prestamista del ámbito local, aseguró que recibió una primera visita por parte de Goy y Luna, donde éste último le pidió que le cambiase un cheque. Era una práctica que hacía habitualmente a Luna con cheques de la municipalidad, la Provincia o la Cooperativa Eléctrica. Alalí le pidió que lo haga endosar porque estaba a nombre de la Junta de Gobierno de Los Conquistadores. Luna consiguió el endoso y se lo entregó nuevamente a Alalí.
“Yo trabajé un par de días la plata, y me quedé con una comisión que es la que me cobra el banco, nada más”. En el banco figura que Alalí retiró el dinero de a $ 10.000. Asegura que le entrego $ 10.000 a Luna a los “3 o 4 días” y “a la semana o diez días” le entregó el resto, porque había usado el dinero para cubrir un descubierto en su cuenta en el banco. “Hice una venta importante del criadero de pollos que tenía y le reintegré el resto”, explicó.
Alalí, vestido con una camisa a cuadros, jeans y zapatos marrones, aseguró que no sabía para que era el dinero, e indicó que se enteró que había inconvenientes cuando a los tres o cuatro meses lo llamó Goy, reclamándole los $ 30.000.
En otro pasaje de su declaración, desmintió el testimonio que prestó ante el juez de Instrucción de Chajarí, Edgardo Redruello. Durante, la Instrucción señaló que había un “circuito” entre Arancibia (Rafael, ex-director de Ceremonial) y Menéndez ( Carlos “Toro”, ex-diputado PJ). “Yo no lo dije, no sé que pasó pero no lo conozco ni a Menéndez, ni a Arancibia, no sé quienes son”.
También negó haber señalado durante la Instrucción que le entregó $ 10.000 a Luna para que se compre un automóvil. E incluso, iba a negar haber declarado que con el resto del dinero Luna se fue de vacaciones a Punta del Este. Pero admitió que esa deducción puede haberla formulado porque a fin de año, de vacaciones en la ciudad uruguaya, una de sus hijas divisó a Luna paseando con su señora por las calles de Punta del Este.
Goy: “Yo hice los buenos oficios”
Posteriormente, hizo su descargo Goy. El ex-vocal del IAPV relató minuciosamente como se involucró en el hecho. Relató que un jueves, fue llamado por Arancibia para hacerse presente en la secretaría privada del gobernador. Allí le encomendaron que entregase un cheque a la Junta de Gobierno de Los Conquistadores para una obra de iluminación.
“¿Porqué le entregaron a usted el encargo siendo que es una obra de Vialidad provincial y no del IAPV?”, le preguntaron. “Porque mi radio de acción política, digámosle así, incluye la región de Salto Grande”, explicó Goy, vestido con camisa blanca, mocasines y pantalón de vestir verde.
Lo correcto hubiese sido que la presidenta de la Junta de Fomento deposite el cheque y extraiga el dinero para la compra de los materiales, pero optaron por darle el cheque a “Mugriti”. “Luna nos había dicho que no tenía ninguna posibilidad de adquirir los materiales que son costosos como luminarias. Entonces le hizo entrega del cheque, no se podía ejecutar la obra de otra manera”, dijo el ex-vocal del IAPV. ¿No sospechó de Luna con esos antecedentes?, le preguntaron a Goy, quien recuerda haber asesorado técnicamente en una obra a Luna y debió apelar a un juicio civil para cobrar su porcentaje. “Yo hice los buenos oficios, hasta ahí llegaba mi responsabilidad”, explicó.
A los tres o cuatro meses, la encargada de la Junta de Fomento le dijo: “que pasó que no han venido a hacer la obra”. Goy recuerda haber increpado a Luna un par de veces: “porque presumía que si se retrasaba la obra y con ese dinero dando vueltas podía llegar a perderse. Me dijo: ‘yo le dí a Alalí y la verdad es que no me ha devuelto el dinero’”. Acto seguido, se comunicó con Alalí, quien le dijo que ya le había devuelto el dinero a Luna.
Por otra parte, desmintió haber estado en el domicilio de Alalí. “Yo nunca estuve anterior ni posterior a tener el cheque en la mano con Alalí”, expresó.