El proyecto de ley que se tratará mañana fue aprobado el 24 de octubre en Diputados, y como reflejamos desde La Izquierda Diario implicará un fuerte ajuste al pueblo trabajador. Recortes a las partidas de Educación, Salud, Vivienda y distintos “servicios sociales”, para destinar más de 600.000 millones de pesos a pagar “intereses de deuda”.
Detrás de tantos números, para muchos difíciles de mensurar, se verá afectada la vida cotidiana de millones. Y no la de 2019: con el ajuste hipotecan el futuro de millones.
O sea, si hay algo que sobró fueron motivos para poner en marcha, en todo el tiempo que duró la rosca del gobierno y la oposición, un plan de lucha para derrotarlo. En estas más de 2 meses los sindicatos podrían haber convocado asambleas en los lugares de trabajo y los gremios. Podrían haber convocado acciones de apoyo a cada uno de los ataques que adelantaba el presupuesto: el ataque al Posadas y los hospitales públicos, al Astillero Río Santiago y a los cientos de escuelas públicas cerradas. Podrían haber realizado un paro general con movilización el 24 de octubre. Con el país paralizado y cientos de miles rodeando el Congreso el pacto de Macri y la oposición se caía. Aún más: podrían haber “corregido” todo eso y desde el mismo jueves 25 abrir el debate y poner en marcha una gran jornada de lucha para este miércoles.
Tiempo no faltó. Los legisladores peronistas, incluidos los kirchneristas, hicieron encendidos discursos. Hugo Yasky, Sergio Palazzo y Pablo Moyano, por nombrar a algunos referentes del “sindicalismo opositor”, los imitaron. Dijeron que “la Patria está en peligro” y que “los que apoyaran el Presupuesto del FMI serían traidores”. Criticaron con dureza a la CGT y dijeron “ese día vamos a estar unidos en la calle”. Pero ese día no estuvieron ni unidos ni en las calles. Unos pararon en docentes y estatales pero casi no movilizaron (CTA), otros no hicieron ni una cosa ni la otra (Frente Sindical).
Esta vez ni CTERA ni SUTEBA ni ATE Nacional irán al paro. Todo indica que además las CTA y el Frente Sindical movilizarán poco y sin ganas. Lo mismo los "movimientos sociales" alineados con ellos.