El domingo, aprovechando la oportunidad de las elecciones nacionales, se solicitará la opinión al electorado respecto de la necesidad y conveniencia de reformar parcialmente la Constitución de la Provincia. Las principales fuerzas políticas son reformistas y, en consecuencia, mal podrían propiciar el No a la reforma. Pero tampoco avalan el Sí, porque rechazan la idea misma de esta consulta, a la que entienden engañosa —en tanto un voto por el Sí no significa que se avanzará en las reformas que se publicitan— y limitada en su funcionalidad a obtener la reelección del gobernador.
La consecuencia es que el Sí tiene atrás el respaldo de la principal maquinaria electoral de la provincia. Mientras que el voto por el No sólo es militado como posición política por el Partido Humanista y una fracción de la izquierda: el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST).
Dicho de otro modo, el Gobierno va el domingo a dar una pulseada por el Sí casi sin oposición, porque las principales fuerzas políticas de la oposición están al margen. Más que como una posición activa, el rechazo a la consulta los lleva a proponer la abstención. La UCR (Sergio Varisco), el Nuevo Espacio (Emilio Martínez Garbino), el Frente Popular (Héctor Maya), el Encuentro Amplio (Lucy Grimalt) y el Partido Popular de la Reconstrucción (César Pazo) se abstienen de participar en el plebiscito propuesto por el gobierno.
Las cosas se pueden complicar para alguien que, por ejemplo, tema perder algún beneficio social por no haber participado de la consulta y, en consecuencia, quedar pegado a la oposición. El registro será muy sencillo de llevar desde el momento que habrá un padrón especial para anotar quien participa en la consulta. Consciente de esta dificultad, la oposición da una segunda opción: si por algún motivo teme rechazar el sobre verde que le ofrece el presidente de mesa, tómelo, pero vote No, explican.
El vicepresidente primero del PJ, José Cáceres, desafíó a la oposición a expresar el No a la reforma de la Constitución. En declaraciones que publica Informe Digital, Cáceres explica que hacen esto porque “si se vota, el justicialismo liderado por Busti puede ganar la consulta popular, las elecciones de convencionales constituyentes y las elecciones próximas a gobernador. Se ven perdedores en las tres próximas elecciones y entonces hacen de la impotencia una virtud”.