Conscripto Bernardi despidió al niño que con su muerte dio vida

Desde la llegada del féretro a la escuela, donde el año pasado el niño había terminado sus estudios primarios, familiares, amigos, conocidos, estudiantes y vecinos, llegaron para despedirlo y acompañar en el dolor a sus hermanos y padres, destacando de estos últimos la valentía de haber decidido que, aunque la fatalidad les quitaba a un ser amado, se abría la oportunidad de poder ayudar a mitigar su propio dolor y el de otros, donando los órganos de “Maurito” y ayudando a que encontraran una ocasión de vida.
Momentos antes de las 17 horas, cuando el lugar estaba totalmente colmado, la Directora del Establecimiento Educativo, Silvia Luna, manifestó “Mauro no esta con nosotros, pero sigue vivo en muchas personitas mas como él. Debemos toda la comunidad estar orgullosos de Mauro y su familia por la actitud de donar sus órganos y salvar otras vidas”.
“Familia Luna-Andrini, todos valoramos este gesto, que no solo es digno de imitar, sino que en varias provincias estuvieron alertas en espera de los órganos de Mauro; y les agradecemos profundamente por este tan noble gesto”, continuó.
El silencio se profundizó aun mas cuando, frente a un micrófono instalado para la ocasión, dirigió unas palabra uno de sus compañeros de estudios, el niño Lautaro Berales.
“En nombre mío y de mis compañeros, quiero decirte Mauro que siempre va a quedar en nosotros tu recuerdo y esos momentos compartidos, tan divertidos”, expresó.
“Nos queda tu sonrisa alegre, tu mirada de picardía y esas ideas que solo a vos se te ocurrían. Con estas palabras expresamos lo que sentimos en estos momentos y es una forma de decirte adiós, siempre estarás en nuestros corazones”, finalizó.
Luego partió desde la escuela una interminable caravana de automóviles y gente de a pie, que se trasladó hacia el Cementerio de la localidad para sepultar en tierra los restos de Mauro. El profundo dolor de sus padres, de sus familiares, de sus compañeros de escuela, de quienes lo conocieron, y de quienes sin conocerlo comparten el dolor por su partida, fueron participes de uno de las sucesos más conmovedores, que en ese pequeño pueblo, se recordará por muchos años.
Otros, en algún lugar de la Argentina, podrán sanarse, desarrollar sus vidas y, quizá algún día, interesarse por saber quien fue Mauro, y quienes sus padres, y poder agradecerles tanta generosidad y tanta humanidad, y hacerles sentir que están cerca de aquel niño al que tanto amaron, y que Dios les pidió como ofrenda de vida.

Fuente: Federal al día

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