También fue condenado, con idéntica pena, Valter Lavitola, un hombre de negocios y ex director del diario L'Avanti.
Los jueces napolitanos condenaron por otra parte a ambos a una pena accesoria de cinco años en los que no podrán ejercer cargos públicos.
El tribunal consideró en otras palabras que Berlusconi es culpable de haber corrompido al entonces senador Sergio De Gregorio (electo en las listas del centro-izquierda) a través del soborno de tres millones de euros entre 2006 y 2008.
El objetivo de esa maniobra, precisaron los magistrados, era el de debilitar -o incluso hacer caer- al gobierno de la época encabezado por Romano Prodi.
Ante esa condena, Berlusconi respondió a su vez afirmando que se trata de "una sentencia política absurda, tras un proceso político construido a partir de un teorema acusatorio risible".
Como otras veces en los diferentes frentes que tuvo con la justicia italiana, el ex primer ministro añadió que la sentencia representa en realidad "una persecución judicial" cuyo objetivo es el de dañar su "imagen como protagonista de la política nacional".
Los medios italianos precisaron que las acusaciones deberían prescribir en octubre, hecho que terminará anulando los efectos concretos de las condena a tres años de cárcel.
(Ambito Financiero)
Respondiendo a la prensa, al comentar el tema de los sobornos Prodi dijo a su vez que en ese período "circulaban rumores, pero yo no sabía nada, como declaré a la justicia".
