“Hay un listado de propiedades que se consideran de valor patrimonial. A ese listado se le agregó en forma genérica toda propiedad anterior al año 1940. Entonces es muy importante tener la catalogación” expresó Marcó. La catalogación comprende tres tareas: fotografiar el inmueble, hacer los planos de la cosntrucción y dejar constancia del estado en que se encuentra.
El primer objetivo que se busca es que quede registrado el edificio, previniendo futuras demoliciones. Pero la catalogación puede ser de utilidad para los propietarios de los añejos inmuebles. “En Paraná, la Secretaría de Obras Públicas tiene una cuadrilla que pinta el frente de las casas cuya fachada se mantenga original. Y si hay que hacer arreglos, los hacen.. O sea que si hay alguien que quiere poner en valor la fachada de su casa y no tenga los medios, la municipalidad la mano de obra y, a veces, los materiales”. Los ejemplos que cita Marcó son la escuela Centenario y la Casa Barbagelata (actualmente la presidencia del Iosper) en calle Andrés Pazos.
Lo que se tiene previsto en Concordia es realizar una desgravación impositiva, en porcentajes que varían de acuerdo al grado de conservación de la casa. “Eso es un aliciente para alguien que, por ejemplo, para hacerse un kiosco rompa una fachada muy interesante y haga un adefesio” expresó el arquitecto. Marcó asegura que, si bien hay ordenanzas que protegen esas viviendas, el Código Civil permite al propietario hacer lo que desee respecto de su propiedad. “Si no fuese así, el propietario podría exigir una expropiación inversa, es decir, exigir que el Estado lo indemnice por el lucro cesante” aclaró.
“Tiene que haber un sustento económico. ‘Usted no modifica su casa y la municipalidad le da esto y esto’. Entonces, a la gente que tiene esas casa les puede interesar. No sirve que solo se limiten a prohibir modificaciones” agregó Marcó.
El integrante del Consejo Asesor no dudó en señalar los dos edificios más importantes que habría que catalogar y preservar. “El que padece serios riesgos de convertirse en ruinas es el antiguo Casino Comercial, que data de 1908, ubicado en la esquina de Mitre y Pellegrini, y el Palacio Arruabarrena, construido en 1917” expresó. “Son edificios públicos que son símbolos de la ciudad” añadió. En segundo orden ubicó a la Municipalidad y a dos viviendas que lindan con el municipio, por Pellegrini, que forman parte del lote fundacional de Concordia. Y agregó que “Concordia tiene casas de los años 20 que son únicas en la provincia”.
Para la catalogación se necesita una cámara digital, una computadora, una impresora y un par de dibujantes. “Creo que si hay voluntad política se hace” dijo Marcó.
Incluso, hasta turísticamente es importante la conservación de la antiguas viviendas. “En Concepción del Uruguay hay un circuito turístico por la ciudad. En Paraná se gestionó ante el Citibank la donación de 200 placas de mármol que tiene la silueta de la cúpula de la Catedral y una leyenda que acentúa la importancia patrimonial del edificio” citó el arquitecto. “Hay que poner en condiciones las veredas mínimamente”.
“Se ha pedido al subsecretario de Hacienda la partida con que se cuenta. Necesitamos ese equipamiento y un lugar mínimo de funcionamiento”. El Consejo tiene pedida una audiencia con el intendente Cresto. “Queremos saludarlo porque el lo creó, contarle lo que hacemos y saber con que apoyo vamos a contar. Con la gente de los planes se puede ir a medir o a pintar una casa” expresó Marcó. “En el Consejo esperamos que tome una decisión” agregó.
¿Qué ciudades cuentan con catálogos? “En Rosario está el Paseo del Siglo. Bahía Blanca tiene un catálogo muy completo. Gualeguaychú tiene un monumento histórico nacional que es el Teatro Argentino de Domingo Rocco. La municipalidad de esa localidad hace ocho años que confecciona el catálogo, son fichas móviles que van agregando” respondió Marcó.
