Un embarazo normal dura entre 37 y 41 semanas. Cuando un bebé nace antes de las 37 semanas de embarazo, se dice que es prematuro. Eso significa que su organismo no está totalmente maduro para la vida fuera del útero materno. Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que cada año nacen unos 15 millones de niños prematuros, una cifra que va en aumento. Las causas que originan los partos prematuros en los países desarrollados apuntan a una pluralidad de factores como el incremento de las técnicas de reproducción asistida, los partos múltiples, el estrés laboral, los problemas de salud maternales y el retraso de la maternidad entre otros. Pero por el contrario, aumenta la supervivencia; ya que a nivel mundial, los avances neonatales y la atención a su desarrollo permiten la supervivencia de estos niños cada vez con una mayor calidad de vida.
Desde 2010, Unicef estableció la celebración de la Semana del Prematuro, como una manera de concientizar sobre los cuidados que necesita un niño que nace antes de lo esperable. En el Hospital Masvernat en Concordia, donde se observan cada día las experiencias de supervivencia, nervios, angustias, el alivio y la alegría del alta, es en La Casita, Residencia de Madres para quienes tienen a sus bebés internados en el nosocomio. Ahí mismo, esta semana se conmemoró la “Semana del Prematuro”, tiempo en el que el equipo de pediatría se dedica a concienciar, compartir experiencias y celebrar la vida.
¿POR QUÉ SE DAN CON TANTA FRECUENCIA LOS NACIMIENTOS PREMATUROS?
Mauricio Cutro, Pediatra y Neonatólogo explicó a DARIOJUNIO: “Los factores maternos son por, cigarrillo durante el embarazo. Problemas de la placenta o del útero, infecciones maternas, desnutrición materna. También enfermedades de la madre crónicas o agudas como diabetes o hipertensión arterial”. Quien además admite que es común que los nacimientos antes de término se den con mayor frecuencia.
El profesional médico cuenta son los “Prematuros”: “Las complicaciones más comunes dentro de la interacción son las infecciones, la inmadurez pulmonar, la retinopatía, hemorragias cerebral, el Ductus permeable, la enteritis. Y fuera del ámbito hospitalario las infecciones”. (…) Tienen complicaciones en los primeros años, pero a medida que la maduración de sus órganos y de su estado inmunológico se va adaptando no se enferman tanto. Luego puede haber trastornos del neurodesarollo con problemas de atención o del comportamiento pero hoy en día con las terapias ocupacionales y la estimulación temprana esto va modificándose, ya que el cerebro del bebé tiene neuroplasticidad. Otras complicaciones son los requerimientos de oxígeno, que pueden irse a su casa, con oxígeno domiciliario”.
HOSPITAL MASVERNAT
La “Neo” del Hospital tiene una máximo de camas de 30 bebés. Es una terapia neonatal preparada, cuenta Cutro. Quien además explica: “Los controles del prematuro se realizan en un consultorio especial de seguimiento de bajo, mediano y de alto riesgo con profesionales neonatólogos preparados para estos casos. Los controles son periódicos”. Asimismo, cuenta: “Se divide en dos. Una terapia donde hay 12 bebés de alto riesgo y luego, está el otro sector donde se internan los de mediano y bajo riesgo”.
LACTANCIA
Sobre lactancia contó Emmanuel Soriano, también parte del equipo médico: “La leche materna es el alimento fundamental para el recién nacido. Los niños prematuros, como la palabra lo dice, aun no alcanzaron un grado suficiente de maduración para poder irse a su casa junto a su familia. Entendiéndose como maduración la resultante del crecimiento y desarrollo”. Además, asegura: “El arte de amamantar, no solamente beneficia al recién nacido, sino también fortalece el vinculo con su mama”. “Siempre promocionamos el contacto con su madre. Creo que es un pilar fundamental para cursar su interacción”, culminó el joven profesional.
La lactancia materna es el máximo protector de las infecciones. Ayuda al neurodesarrollo, el aumento de las defensas del organismo, contacto piel a piel, apego y vínculo materno, evita la muerte súbita del lactante y previene las enteritis.
EXPERIENCIAS
Gisela, es mamá de Isabella, que nació a las 31 semanas porque la mamá padeció hipertensión gestacional. “Yo estaba haciendo un control de rutina, con nutricionista, gimnasia. A los seis meses de embarazo, me controlan y la presión no era adecuada, y la doctora me recomienda controlarme. Me internan tres días y en ese tiempo, controlan a la bebé, a mí. A la nena le reforzaron los pulmones. Al mes, tenia que hacerme un ecodopler y el médico ahí me dice que el embarazo no venia bien y que Isabella, tenía que nacer ya porque no había aumentado de peso según lo que tenia que tener con su tiempo de gestación. Pesó 1.300kgs. llegó a pesar 1.095kgs. La beba, tuvo montón de complicaciones. Tuvo problemas de respiración, un cuadro virósico, le hicieron transfusión de sangre, tuvo anemia crónica, que no la dejaba subir de peso, subía por gramo. Estuvo internada dos meses. En un momento, viene una doctora, me dice que a Isabella, le iban a sacar la sonda, (cuando pesaba 1.500kgs.) porque ella si o si tenia que alimentarse sola. Yo le pregunté por qué lo hizo y la doctora me dijo que: “Isabella si podía, porque era una nenita muy fuerte. Es para que se valga por si misma”.
En cuanto al tratamiento en el Hospital, Gisela, dice: “tengo que solo agradecer. A mi lugar en la casita, lo dejé para otra mamá que necesitara más, porque yo iba y venia a mi casa. Iba a la casita, porque compartía cosas con chicas, pero comer y dormir no, le cedí lugar a chicas que no son de Concordia. Aunque los viernes, te dan una charla, ahí si me presentaba porque ahí te preparan a ser mamá de un prematuro. Desde que llegué, hasta los últimos días me atendieron; el doctor del ecodopler, las chicas de maternidad, enfermeras. No tengo palabras para agradecer. También la gente del lactario, a veces uno, no los nombra y ellos te ayudan un montón”.
En “la Casita”, donde las mamás que tras ser dadas del alta se quedan para estar cerca de sus bebés, se encuentran muchas historias y experiencias.
Camila, mamá de 23 años nos contó: “El mío nació con 32 semanas, 1700 gramos. Bajó a 1600 a la semana de nacido. Estuvo en la terapia durante 10 días y despues le pasaron a otro sector. Tuvo que aprender a succionar. Me lo llevé a casa con 2200 gramos y 28 días de hospital, y aprendió a tomar la mamadera cinco días antes del alta. Después en casa comenzó a comer más y ya pedía cada dos horas. Fue muy cansador, angustioso porque además demanda un montón. Tengo que agradecer todo el esfuerzo de los doctores y doctoras porque no solo hacen un esfuerzo grande por los bebés sino que también acompañan mucho a las mamás. Las enfermeras lo mismo”.