Concordia: la mitad de la población trabajadora está en negro

En Concordia todos esos índices son todavía más extremos, de modo pues que esa ciudad no sólo es la Capital del Citrus sino que también por propia voluntad es algo así como la Capital del trabajo irregular: de una masa laboral compuesta por 39.087 obreros, 20.649 no están registrados, la mitad.
En aquella costa el pico más alto del trabajo en negro se anotó en el año 2004: entonces alcanzó un índice del 58,29 %, lejos de su marca más baja, si cabe la expresión, de 1996 cuando apenas alcanzó el 37,67 %. En 2005, la última medición hecha por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el trabajo no registrado representó el 49,33 %, aunque desagregado por sexo y por edades la situación cambia, y bastante.
Entre las mujeres el trabajo en negro es mucho más alto que en el promedio general: de las 18.222 concordienses que integran el mercado laboral, 10.529 no están registradas, y por lo tanto no tienen aportes a una obra social, y cuando llegue el momento del retiro por jubilación no tendrán ningún beneficio: al estar en negro, no cuentan con aportes a la seguridad social.
Ese índice tuvo un pico más alto, sin embargo: en 2003 fue del 61,93 %. Entre los hombres concordienses la incidencia del trabajo en negro es menor, ya que sólo el 48,48 % de los trabajadores está sin registrar, con un récord en 2000 del 51,61 %.
Pero en Concordia la situación más crítica afecta a los jóvenes menores de 25 años: el 81,26 % de la fuerza laboral está en negro (sobre un universo de 6.755 asalariados, 5.489 están en esa condición), aunque en 2002 ese índice llegó a ser del 88,27 %. Es menor en la franja de edad que va de los 25 a los 44 años, con un 50,38 %, y más bajo todavía entre los trabajadores que tienen entre 45 y 64 años, con un índice de empleo no registrado del 38,91 %.

Paraná

La situación más desventajosa la tienen, primero, los jóvenes, y después, las mujeres: entre los trabajadores menores de 25 años, el empleo no registrado asciende al 69,95 %: de cada 10 que trabajan, siete están en negro, lo cual da un indicio de los límites que tiene el modelo de generación de empleo. Y entre las mujeres, la tasa es del 44,84 %: sobre 31.191 empleadas, 13.986 no están registradas, peculiaridad que les resta derechos, y beneficios. La situación cambia cuando se analiza la fuerza laboral de los hombres de 26 años en adelante, lo que da cuenta de que el fenómeno del empleo en negro es propio de la economía de mercado de la década de 1990 para acá. Los datos que corresponden a Paraná dan cuenta de que el trabajo en negro morigera su incidencia conforme se avanza en la edad de los empleados: en la franja de asalariados cuya edad va de los 26 a los 44 años, no está registrado el 37,12 %, y entre quienes tienen entre 45 y 64 años, constituyen el 27,91 %.
Según mediciones hechas por la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), el trabajo en negro le cuesta al Estado unos 7 mil millones de pesos al año, y significa para los empleadores un “ahorro” en el costo laboral importante: los no registrados ganan un sueldo un 43 % más barato.

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