En declaraciones formuladas al programa “Despertá con Nosotros” (Radio Activa), desde la distribuidora de energía local explicaban que con el tendido bajo tierra “la gente se enganchaba con mayor facilidad”, ya que una vez hecha la conexión clandestina “es muy difícil descubrirla”.
Marcelo Pérez también destacó que a esto se suma el cumplimiento de la vida útil de las líneas subterráneas, pero “el problema es que les destruyen las veredas (a los vecinos) y nadie se las va a reconstruir”. La Cooperativa Eléctrica realizó la denuncia correspondiente, porque mas allá de no ser utilizados, los cables pertenecen al patrimonio de los socios de la empresa, “pero la policía dijo que era imposible estar cuidando permanentemente”.
Así también insistió con el “serio problema” del robo de cables para reducirlos y extraer el metal. En ese sentido Pérez remarcó que desde la Cooperativa han pedido que se actúe fundamentalmente “a los reducidores, que son tres o cuatro en la ciudad”.
