El juzgado en lo Penal de la Primera Nominación de Santa Fe, a cargo de Ricardo Rosciani, ordenó la detención de la mujer por el delito de Defraudación especial.
La mujer es considerada en Santa Fe como la organizadora o cerebro de una banda ramificada en distintas partes del país que logró estafar a numerosos comerciantes y empresas.
En el allanamiento practicado por personal de Investigaciones de Entre Ríos y de Santa Fe en Concordia se localizó una vivienda en cuyo interior se había desplegado una oficina virtual con equipamiento informático de última generación. Allí la banda se hacía pasar por empresarios importantes que compraban mercaderías u otro tipo de elementos para la reventa en la costa del Uruguay.
Bajaban por sistema de computadoras los depósitos bancarios irreales de la supuesta compra. Al vendedor le enviaban la documentación escaneada de la boleta de depósito trucha y le imprimían los sellos con las sumas reclamadas. El comerciante o empresario al recibir la fotocopia del documento bancario, autorizaba el envío de los camiones con las cargas.
El modus operandi de la banda era bien aceitado. En las inmediaciones de Concordia, Federación y Colón alquilaban depósitos en desuso de la zafra frutera con el fin de esconder la mercadería. Sin embargo allí habían ideado un rápido sistema de redistribución de lo malhabido en comercios y empresas de la costa del Paraná y Uruguay, por lo cual la investigación policial y judicial trata de avanzar para buscar a los cómplices del delito. Era obvio que la mercadería era vendida más barato. Se detectó por ejemplo que en Chajarí varias agroquímicas adquirieron glifosato a 8 pesos el litro cuyo valor en el mercado llega a 6 dólares. Del mismo modo, se ubicaron en supermercados y almacenes de La Histórica cacao, azúcar, fideos y yerba adquiridos a empresarios de Santa Fe, Tucumán, Mar del Plata y Corrientes.
Otra de las características de las estafas es que las operaciones siempre las trataban de hacer los viernes o en vísperas de feriados largos. Para dejar una buena impresión en la compra, la mujer se hacía pasar como la esposa de importantes dirigentes políticos de Concordia.
Finalmente, la investigación no sólo busca detectar a los comerciantesque brindaban el apoyo logístico, sino que se apunta a algunas empresas de telefonía y de correos privados que llevaban los pedidos y remitos a direcciones falsas a sabiendas que el destino era la mujer oriunda de Santa Fe.