En la mañana de ayer y bajo una intensa lluvia, el filicida fue trasladado desde su lugar de alojamiento en comisaría primera hasta la secretaría Nº 2 del juzgado de Minoridad y la Familia, donde –al igual que su esposa– debió conformar la decisión de separación. Esta cita había sido programada para antes del debate y ambos –aunque parecía un error– debían estar juntos en la audiencia, algo que fue considerado imposible por la abogada que representa a Méndez, que pidió que se realice en forma individual. Finalizada la audiencia conciliatoria, el detenido fue regresado a la comisaría donde permanecerá hasta tanto se confirme la condena, lo que demorará algún tiempo, ya que se espera que el abogado Mario Schreiner realice el recurso de Casación, tras lo cual Maidana sería llevado a un penal fuera de la Provincia.
“No me importa lo que se dijo de mí. Sólo sé que llegué al juicio y salí con las manos limpias y eso es lo que me importa. Fui por estar citada, al igual que mi papá, y concurrí en la última jornada para que no quede el vacío”, señaló.
Por otra parte, marcó: “Yo estoy sin nada desde hace un año y era consiente de que no me iba a devolver nada en absoluto. Fui y volví a verlo y me chocó mucho ya que desde ese día no lo vi más. Parecía que nada le hubiera pasado y se lo veía como si hubiera matado una gallina”. Respecto a lo realizado ayer, indicó que se aceptó que sea por separado luego de que la abogada insistiera, pero como era lógico sin arreglo. “Hay gente que me apoya y deben imaginar algo de lo que yo siento y quién no. Parece que algunos quieren seguir haciendo daño, como sus familiares, que no tienen corazón. También me cuestionan por el tema de lo que se reclamó como indemnización. Si quieren que se la metan en el culo, nada me devolverá a mis hijas”, finalizó.
