Las autoridades portuarias tomaron la determinación de confeccionar el sistema de seguridad con personal propio y con la colaboración de Prefectura que prestó sus servicios y conocimientos para conformar una detallada planificación que, en última instancia, fue presentada ante las máximas autoridades de la fuerza federal.
Luego de una exhaustiva evaluación a nivel nacional, el plan fue aprobado y ahora se espera la certificación final.
El plan de trabajo contempla un riguroso ajuste a las normas exigidas por la Comisión Marítima Internacional para todos los puertos que pretenden exportar.
Iguales requisitos ya se están pidiendo para las cargas de cabotaje y, en ese sentido, también se han contemplado las normativas vigentes para incluirlas en este plan.
Limitaciones al ingreso del público
La seguridad dentro del puerto estará a cargo de Prefectura y de personal propio de vigilancia las 24 horas. Además, durante los embarques, se deberá disponer de un dispositivo extra que garantice la normalidad de las actividades.
Dentro de las nuevas exigencias para el puerto está el cerramiento completo de las instalaciones portuarias y el control de seguridad en los accesos. Actualmente, se está trabajando en las alambradas y se lleva más de la mitad de las instalaciones cerradas.
Sólo quedará habilitado al público el muelle elevado, utilizado generalmente como lugar de paseo. Incluso este espacio quedará acotado, pues las escaleras que conducen a los muelles serán anuladas para evitar el paso de gente hasta la zona de amarres.
También quedará liberado el edificio de la antigua aduana que actualmente está a disposición de la Municipalidad para actividades culturales. Según se pudo saber, el ente portuario ha planificado para ese inmueble el emplazamiento de un museo del puerto que refleje los 108 años de actividad que viene desarrollando desde sus comienzos en 1884.