Fue así que el hambre, la indigencia y la exclusión social existentes en nuestro país, quedaron en un segundo plano frente a los problemas que ocasionó en el tránsito «la multitud de manifestantes». Los títulos en la pantalla, los relatos periodísticos y las imágenes (de)mostraron una particular representación del hecho, donde lo despreciativo y superficial primó por sobre lo sustancial y lo legítimo.
Lamentamos esta «variedad» de periodismo que esconde, disimula, desvirtúa, niega, menosprecia… Quienes se movilizaban eran en muchos casos adjetivados despectivamente. Escuchamos: «volvieron los piqueteros», «los violentos». «Ahí se ven algunos gorditos», se dijo casi burlonamente para desmerecer el sentido de la marcha.
Triste y repudiable esta televisión que mostró sin ver. Que documentó los rostros de argentinos que caminaban, quizá por primera vez, las calles de Buenos Aires; pero les negó su propia voz, les robó el derecho a decir, a expresarse. La palabra pública fue un «privilegio» sólo reservado en su totalidad a los periodistas, los «otros», los verdaderos protagonistas, fueron condenados al silencio, se tornaron invisibles.
Una de las capacidades fundamentales de los medios, especialmente de la televisión, es la de dar o quitar visibilidad a los problemas. También tienen el poder de nominación, y pasado viernes, para la televisión capitalina de alcance nacional, el reclamo por el hambre fue una especie de suceso meteorológico que inundó las calles del microcentro porteño, provocando «problemas» y «caos en el tránsito».
Mientras ello sucedía, canal 7, la televisión pública, emitía un documental sobre gusanos, alacranes, escarabajos y otros bichos rastreros.
Comisión Directiva de Asociación de Profesionales Universitarios de la Comunicación. APUC- Paraná, E.R. diciembre de 2008
Presidente Sergio Cristani ; Vicepresidente Gretel Schneider y Secretaria Mónica Portillo