Competencias ciudadanas

Tal vez sí, a cualquier persona del común, en la calle, se le interpelara inesperadamente, diga algo así como “es la gente”, algunes dirán “es la gente que vive en la ciudad” y otres un poco más politizados o avezados en el tema digan “es la forma en que las personas se desenvuelven en la vida comunitaria, atendiendo a las normas vigentes”.  Todas las respuestas tienen algo de verdad, aunque seguramente pocos piensen que la concepción de ciudadanía es un sustantivo con espíritu de verbo. Es decir, es algo abstracto y que su existencia solo es posible a través de acciones, ejercicios, actitudes…competencias. No se puede ser ciudadano, ni ejercer la ciudadanía, si no se ponen en juego ciertas competencias individuales

Se entiende por competencia ciudadana al “conjunto de conocimientos y habilidades cognitivas, emocionales, de interacción y de vivencia de valores que, articulados entre sí, hacen posible que el ciudadano elija actuar de manera constructiva en la sociedad democrática”. Esta definición está en un cuadernillo de “Desarrollo de habilidades ciudadanas para la vida democrática” que se puede encontrar en cualquier biblioteca de cualquier escuela de nuestro país. Pero a pesar de lo clara que está, sabido es que el desarrollo de estas competencias ciudadanas y el manejo de las habilidades cognitivas-emocionales, a las que refiere la definición, no son tan simples.

Si a alguna de las personas antes consultadas, en una esquina cualquiera y para continuar conversando se le   preguntará qué dice el artículo 1º de nuestra Constitución, se corre el riesgo del silencio o, tal vez, sí tienen más de 50 años, refieran a una parte del Preámbulo; pero de ser más joven, seguramente, tendría serias dudas.

Muchas veces, cuando se indaga a la gente qué tipo de gobierno determina la Carta Magna, la mayoría de las personas dicen “democrático”. Sin embargo, en la Constitución no aparece la palabra “democracia”, sino que dice: “la forma de gobierno será representativa, republicana y federal”. Conceptos bien definidos y que, con un buen desarrollo de las competencias ciudadana, no deberíamos desconocer.  Cuanto más sepamos lo que ello significa y determina, en relación a normativa y legislación, más fortaleza de las instituciones habrá.

Institucionalizar las competencias ciudadanas requiere un trabajo conjunto y coordinado desde diferentes ámbitos. La escuela es un lugar importante para el desarrollo de la institucionalización de ideas. Fortalece el proceso de mejora del funcionamiento de las instituciones, porque solo las ideas que se conocen en profundidad y con la que nos consustanciamos, posibilitan el ejercicio de las competencias ciudadanas. Además, favorece las condiciones de la convivencia que son necesarias para lograr un pacto como lo decía Rousseau, un pacto de convivencia pacífica donde, a partir de determinadas normas, que todos debemos acordar en su cumplimiento, lograremos una vida más saludable.

Desarrollar competencias ciudadanas desde la consustanciación de las ideas, es la propuesta. La palabra con-sustanciar, significa acompañar, estar con, integrar a la sustancia. Y la sustancia es lo que somos, lo que hacemos y lo que representamos, está en el interior de nuestro ser.

Conocer las emociones, identificar los valores que las mueven, analizar el origen y la construcción de las ideas que nos invaden. Reconocer a qué intereses responden, flexibilizar los mandatos culturales para adaptarse a la época que toca vivir, es el trabajo de todo ciudadano que se precie de tal. Las competencias ciudadanas son las herramientas que se utilizan en cada acción que se realiza, en cuanto encuentro con otro u otra. Desde lo más simple, hacia el interior del entorno familiar cercano, hasta los más complejo que es la convivencia con el coetáneo y coterráneo.

Hoy más que nunca, desarrollar y fortalecer las competencias ciudadanas para intervenir en una realidad compleja, como la que estamos atravesando, es fundamental. La escuela es un lugar para realizarlo, pero también los son los medios de comunicación, tradicionales y alternativos. Las redes han dejado de ser el espacio de la informalidad, para convertirse en el territorio de la construcción de sentidos. Por lo tanto, no se puede dejar de pensar en el rol que cumplen, en tanto escuela que educa, por un lado, y constructo de opinión por otro.

 

Lic. Verónica López

Tekoá Cooperativa de Trabajo para la Educación

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