Gabriel y Franco decidieron tomar por la Ruta 015 de manera excepcional ya que horas antes había llovido y el camino más directo que tomaban regularmente se había tornado intransitable debido al barro, sin saber que aquella decisión sería fatal y trágica.
A pocos metros de llegar al puente sobre el Arroyo Ayuí fueron colisionados desde atrás por una camioneta Dodge Ram, conducida por Carlos Augusto Negri, quien volvía a su casa de fin de semana, luego de haber estado en un boliche bailable en la costanera de la ciudad de Concordia.
El impacto produjo la muerte instantánea de Franco y le produjo varias lesiones a Gabriel, de las que hasta el día de hoy le quedan secuelas.
El conductor de la camioneta se fue del lugar del accidente, abandonando a los chicos, para más tarde entregarse a la comisaría que pertenece a la jurisdicción del lago Salto Grande.
El mismo conductor ya había protagonizado un accidente de tránsito años atrás, en el que le costó la vida a un joven de apellido Fogel, quien se dirigía a trabajar y colisionó con un auto conducido por Negri, en circunstancias similares a las que ocurrió el accidente de Franco Sosa y Andrés De Almeida: un fin de semana, primeras horas de la mañana y exceso de velocidad. En esta causa fue beneficiado por la suspensión de juicio a prueba.
Ante esto, el abogado de la familia Sosa y De Almeida, Carlos María Conti expresó que “desde el primer momento nos constituimos como querellantes en la causa con mi colega Guillermo Peñalver y tuvimos una actitud pro activa en la Investigación Penal Preparatoria, donde la causa tiene un montón de elementos que agravan la conducta del conductor de la camioneta. De hecho, teniendo en cuenta la velocidad, el alcohol y la velocidad, solicitamos la figura de Dolo Eventual y en consecuencia prisión efectiva para el conductor.”
Las familias esperan justicia, y -según consignó el portal Concordia345- «extraoficialmente ya les habrían informado desde tribunales que posiblemente recién en el mes de Julio del año que viene se llevaría a cabo el debate oral y público.»
Ante esto el abogado Conti mencionó que “La familia espera justicia. No pueden comprender que demore tanto el proceso en llegar a juicio, uno trata de explicarles, pero es muy difícil para el común de la gente digerir los tiempos judiciales y este silencio de la justicia hace sentir, quieras o no, a la gente humilde que es discriminada por ese poder del Estado.”
