En el banquillo de los acusados están, entre otros, el expresidente de la Nación, Fernando De la Rua; el extitular de la SIDE, Fernando de Santibañes; el entonces ministro de Trabajo Alberto Flamarique, y el arrepentido Mario Pontaquarto. Sin embargo, la atención de los entrerrianos está puesta en el exsenador justicialista Augusto Alasino, procesado en la causa porque supuestamente recibió dinero para votar la ley que perjudicó a los trabajadores argentinos.
En el proceso, que comenzó el 14 de agosto, se encuentran imputados por el delito de Cohecho activo agravado, que prevé hasta 10 años de prisión, el exsecretario parlamentario Pontaquarto, De la Rúa, Santibañes y Flamarique.
De la Rúa quedó implicado y fue procesado a raíz de darse por probado que hubo una reunión previa en la Casa de Gobierno donde se lo había informado de la intención de realizar un hecho ilegal para lograr la aprobación de la ley, y el entonces presidente habría dicho: “Eso arréglenlo con De Santibañes”. También están imputados por Cohecho pasivo agravado los exlegisladores Augusto Alasino, Ricardo Branda, Alberto Tell, Remo Constanzo y Emilio Marcelo Cantarero, cuyo proceso está suspendido por cuestiones de salud.
La decisión del tribunal de no iniciar el juicio fue debido a que uno de sus integrantes se encuentra con licencia por motivos de salud.
Sin rostros ni nombres
En el juicio oral por los presuntos sobornos en el Senado se reactivará con una nueva declaración del arrepentido Mario Pontaquarto y el testimonio de 30 funcionarios de la SIDE que peregrinarán al subsuelo de los tribunales de Comodoro Py. En audiencias diferenciales, sin acceso al público o a la prensa, estos funcionarios prometen aportar datos sobre las finanzas del organismo que integran y contrastar las versiones que ha dado Pontaquarto (quien ha sostenido que los fondos de los supuestos sobornos provinieron de la calle 25 de Mayo).
El exfuncionario del Senado declarará por 15ª vez desde que comenzó el expediente. Después del arrepentido de origen radical, vendrá el turno de los hombres de la SIDE, organismo que ha mantenido cruces con el TOF número 3 desde que en ese ámbito se desarrollara el juicio oral contra Gustavo Béliz por presunta violación de secretos de Estado. El exministro de Justicia fue absuelto luego de que los jueces Guillermo Gordo, Gerardo Larrambebere y Miguel Pons entendieran que no cometió un acto ilegal al exhibir en televisión una fotografía del director de operaciones de la SIDE, Jaime Stiusso.
Disconforme con este fallo, Stiusso emprendió una causa judicial contra los miembros del tribunal. Dicho expediente ya tiene un pedido de desestimación, consecuencia de la falta de avances en el juzgado de Julián Ercolini, que debe resolver la Cámara Federal. Un detalle: a diferencia de lo usual, Stiusso no litiga mediante el departamento de legales de la SIDE sino que lo hace a título personal.
En esta ocasión el tribunal evitará nuevas objeciones y ha dispuesto audiencias a puertas cerradas para escuchar testimonios de directivos y empleados sin cargo jerárquico en la estructura de inteligencia. Se esperan preguntas sobre reuniones reservadas y distintos avatares de la rutina de los espías. El único limite será el hermetismo ya que ni siquiera se conocerá los nombres de quienes se sentarán en el estrado.