En otras palabras, el arco opositor considera que el código debe tratarse como un proyecto de ley ordinario y tener dictamen de comisión para ser tratado en el recinto, salvo que los dos tercios del pleno avalen su tratamiento sin despacho.
Este argumento fue planteado por Mario Negri (UCR), Graciela Camaño (Frente Renovador), Federico Pinedo (Unión Pro), Margarita Stolbizer (GEN), Elisa Carrió (CC), Néstor Pitrola (FIT), previo a la discusión formal del proyecto.
De este modo, Camaño advirtió que el tratamiento que impulsa el oficialismo carece de “legalidad” y por lo tanto de “legitimidad”, a menos que los dos tercios autoricen su consideración. “Han tirado a la basura el trabajo de dos años y medio”, se quejó la bonaerense.
Más dura, Elisa Carrió denunció un “atentado al orden constitucional” por parte de las autoridades de la Cámara de Diputados que habilitaron el debate del proyecto sin dictamen de comisiones permanentes, de acuerdo al proceso de elaboración de leyes estipulado por la Constitución Nacional.
Pinedo, en tanto, agregó que la discusión del proyecto debería empezar de cero dado que los legisladores que asumieron en diciembre de 2013 desconocen la media sanción del Senado, con más de mil artículos.
“No está afuera la mitad de los legisladores que integran este debate. Está afuera la mitad de la sociedad a la que representamos”, sumó Stolbizer. “Venimos reclamando la necesidad de participar en un debate profundo, sereno, que buscase el mayor de los consensos entre la política y la sociedad”, aportó Negri.
Néstor Pitrola (PO), por su parte, sostuvo que “este Código no solo es retrógrado y reaccionado, sino absolutamente ilegítimo”. Advirtió además que el interbloque Frente de Izquierda, que ingresó al Congreso luego de la media sanción, no pudo participar del debate del código.
“El Código va a empezar a regir en 2016. ¿Cuál es la urgencia (de su tratamiento)?”, cuestionó Carlos Brown (FE).
