Según la documentación a la que accedió DIARIOJUNIO el modus operandi de esta empresa consistía en crear las mal llamadas “cooperativas de trabajo” a través de las cuales contrataba personal que terminaba prestando servicios solamente en la empresa COCICO SA.
Entre esas cooperativas truchas la primera que aparece es la “Cooperativa de Trabajo Patagónica Ltda.” Que, “luego de los reiterados cuestionamientos judiciales hicieron que COCICO SA comenzara a utilizar” otros nombres, dice la mencionada demanda.
Entre esas otras denominaciones aparecen :
2) Cooperativa de Producción de Servicios Agrupar Ltda..
3) Cooperativa de Trabajo Agrocoop Ltda.
4) Centralcoop Cooperativa de Trabajo Ltda..
5) Paso Bravo Cooperativa de Trabajo Ltda..
6) Y ahora aparece con el nombre Rousseau R y Sacoman A. Sociedad de Hecho
Este diario tiene el caso de un trabajador que prestó servicios en cada una de estas empresas truchas y de ocasión.
La presentación judicial mencionada sitúa históricamente a esta en el marco de las empresas que se aprovechaban de “la precarización de los contratos de trabajo cuyo avance era corriente en la famosa década del 90”, lapidan.
A su vez y como forma de sostener jurídicamente esta presentación, se le recuerda al juez, el fallo de la Cámara Laboral de Concordia que, en el caso Solis Julio César c/ cooperativa de trabajo trabajadores unidos Ltda. y otros, resuelve…
“resulta legítimo afirmar que la cooperativa de trabajo demandada ha operado como prestadora de mano de obra a terceras empresas, maniobra calificada como fraudulenta por el sistema normativo que ha sido citado por que, tanto el usuario de los servicios de los trabajadores como la cooperativa de trabajo obró con fraude a la ley vigente y deberán responder solidariamente”.
En rigor un caso similar al método utilizado por COCICO salvo en un aspecto que, más que morigerar la responsabilidad empresaria la agrava, pues, en el caso de COCICO, esas cooperativas denunciadas como truchas, ni siquiera eran creadas por terceros, los terceros en este caso no eran sino ellos mismos, o sea quienes aparecen como responsables de esa empresa citricola.
Entre las pruebas que se tienen para afirmar tal cosa es que, por ejemplo la empresa Paso Bravo Cooperativa de Trabajo Ltda. ofreció como domicilio Ruta 14 Kilómetro 256, o sea, el mismo domicilio de COCICO.
Igual domicilio ofrecía otra empresa del grupo “Marinpex Agricultural de Argentina S.A”, cuyo titular es, casualmente, el socio de Sacoman, o sea Roberto Rousseau.
ROUSSEAU, SU ESPOSA Y LAS CUENTAS BANCARIAS
De acuerdo a la información a la que accedió este diario, Rousseau, cuyo DNI es 16.404.231 aparece como titular de otra empresa del grupo “Marinpex Agricultural de Argentina S.A”.
O sea, no solo aparece como integrando una sociedad de hecho (S.H.) que contrata trabajadores que realizan sus tareas en COCICO sino que, el mismo Rousseau aparece teniendo el manejo de otras empresas del grupo. O sea, tanto la sociedad de hecho como la anónima aparecen representadas por la misma persona física.
A su vez y según el relato de Camejo, quien en una oportunidad “se presentó como la dueña de COCICO en el sindicato, vive en la quinta María Elena con Rousseau. Esa quinta, que perteneció a la empresa ya desaparecida Pindapoy, está camino a Puerto Yeruá”. Esa mujer sería Stella Maris Raimundo quien además se presenta como apoderada laboral de COCICO ; de la sociedad de hecho que integra su esposo y Sacoman y de Marinpex SA.
Daría la impresión de ser una sociedad familiar, pero no lo es.
Un dato que daría por tierra con esta interpretación es el de quienes está autorizados al manejo de las cuentas bancarias. Por ejemplo, a la cuenta Nº 185-21159/6 del Banco Santander Río la pueden manejar tres personas : Antonio René Sacoman ; Eduardo César Blanco y Kenny Lorena Duran Parra, en rigor, quien según todas las sospechas, sería la verdadera dueña o hija del verdadero dueño de esa empresa, un señor al que ninguno de los consultados le conoce la cara y que viviría en la hermana República Oriental del Uruguay.
TRABAJO EN NEGRO
Esta es una empresa que, según los datos aportados a este diario, contrata a alrededor de 500 personas entre cosecha y empaque “y probablemente nos quedemos cortos dijo una fuente que prefirió el anonimato”.
Tampoco es un dato menor contar que las empresas de servicios más grandes que actúan en la ciudad, llegan a contratar a más de 1.000 trabajadores en plena época de zafra.
Tenemos además en nuestro poder, las copias de al menos 12 actas registradas en la dirección de trabajo local, realizadas en los años 2008, 2009 y 2010 en las que consta la comprobación de trabajadores en negro prestando servicio en COCICO.
Por su parte y para graficar el daño provocado a los trabajadores en negro, a la obra social y al sindicato, Camejo cuenta que “desde el sindicato hemos denunciado una deuda millonaria, de $ 1,5 millón que las empresas de servicios que asesora Caprarulo, como son Pellegrini (que ahora cambió de nombre) y Agrofrut, tienen con el sindicato y la obra social. Imagínense ellos hacen un aporte mensual de $ 4 o 6 pesos y nosotros debemos pagar por ejemplo un parto en el sanatorio o una internación en la que se atiende la afiliada o la esposa del afiliado, imposible que una obra social aguante esta situación”, grafica.
