Estas normas indican, entre otras medidas, que estos establecimientos gastronómicos deben trabajar a menos del 50 % de su capacidad; sin embargo, en la noche anterior el personal de Inspección pudo comprobar que este local había infringido notoriamente esta disposición, por lo que se labró el acta de infracción correspondiente y – ya en horas de la madrugada y cuando se habían retirado todos los clientes – se clausuró el local.
Hoy, cuando los inspectores volvieron a recorrer la ciudad, para verificar el cumplimiento de la legislación vigente, advirtieron que los propietarios del céntrico restaurante hicieron caso omiso de la inhabilitación impuesta esta madrugada, rompiendo las fajas de clausura y abriendo el local al acceso del público. En consecuencia, se labraron nuevas actas de infracción y se resolvió volver a clausura el local.
El Juez de Faltas, Dr. Alberto Moix, y el director de Inspección General, Gustavo Sastre, estuvieron a cargo del operativo ejecutado por el personal municipal con apoyo de la policía. Una vez más hubo que esperar hasta que se retirara hasta el último cliente para efectivizar la clausura, proceso que se demoró hasta las últimas horas de este jueves, debido al poco interés de algunos parroquianos de abandonar el local.