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¿En qué momento decidiste que los artículos fueran un libro?
-Diría que fuimos casi el único diario que comenzó a publicar las contradicciones de los ruralistas, a mostrar sus mentiras con datos duros de la realidad provincial. Las notas desbarataban ese discurso tan repetido, que aseguraba que los productores agropecuarios estaban a punto de fundirse. Lejos de eso, nunca habían ganado tanto, y eso se expresaba en los volúmenes cada vez mayores de producción. Para no abundar, un solo ejemplo: la faena de pollos en Entre Ríos pasó de 185 millones de cabezas en 2005 a más de 1 millón diarias en 2013, o sea, el doble.
Al armar la selección de los artículos, ¿qué te propusiste mostrar?
-Me propuse no solo mostrar la situación de los protagonistas principales, sino que me pareció central mostrar cómo jugaban los actores secundarios (aunque no tanto), de ese conflicto, cómo son los oligopolios mediáticos. Porque difundían con naturalidad la mentira y comenzaron a mostrarse tal como son y los conocemos hoy, más que medios periodísticos, maquinarias mediáticas infernales operando en favor de sus intereses y el de sus aliados.
¿Cómo analizás en perspectiva aquél conflicto con el campo?
-Aunque Entre Ríos y Córdoba fueron epicentro del conflicto, lo nuestro fue extremadamente traumático. No hay que olvidar que aquí (por la provincia litoraleña) la principal ruta del Mercosur estuvo cortada durante 3 largos meses. Ese corte produjo un daño económico impresionante a vastos sectores. Por esta razón en el libro está diferenciado el año 2008 del 2009, que es donde la sociedad comenzó a tomar conciencia real de quienes eran los que se presentaban a sí mismos como “pobres gringos que trabajaban de sol a sol”.
– ¿Hubo cambios en la sociedad entrerriana a partir de aquello?
-El conflicto dividió las aguas, sirvió para comprender mejor la nueva estructura de poder y, lo más importante, la política se instaló definitivamente como herramienta fundamental de los pueblos, sea para los cambios o para el estancamiento. Yo destaco en el libro que el aprendizaje social fue veloz, aprendimos de todo en poco tiempo, de ahí que ellos tuvieron que recurrir a las redes sociales para instalar mentiras burdas como verdades. A pesar de toda esa infernal maquinaria de mentira no lograron su objetivo, las elecciones en 2011 le dieron a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner un 54 % de apoyo y en Entre Ríos ese porcentaje se elevó a 57 %.
¿Cómo ves el futuro del modelo agropecuario? ¿Qué debe cambiar?
-Así como en los países súper industrializados el Estado financia la actividad agropecuaria, en los países como el nuestro, ese sector, el más desarrollado de la economía, debe servir para financiar políticas de industrialización y valor agregado. Pensar así es comprender la necesidad de pensar el país como un todo, donde los gobiernos no pueden alentar el desarrollo desigual. La inclusión social es imprescindible y no existe inclusión sin trabajo y el trabajo en gran escala lo promueve la industria, no el campo.