Son la mitad de las 100 proyectadas para los futuros habitantes de la Aldea La Esperanza, que se erigirá -alguna vez- en el establecimiento que perteneciera al ex legislador.
El fiscal de Estado contó a EL DIARIO que hizo poner seguridad en el predio para que las viviendas no sean intrusadas.
Cuando se lo consultó por el estado de los inmuebles aseguró que están en perfectas condiciones. Las dificultades para otorgarlas, según Rodríguez Signes, es la ubicación, ya que se construyeron campo adentro.
Luego de fallos judiciales para que el Estado recupere bienes que el dirigente justicialista obtuvo de forma mal habida, siempre según la sentencia, el gobierno provincial avanzó en la expropiación de un campo. Yedro fue condenado por enriquecimiento ilícito, por lo cual también se le expropiaron tierras valuadas en 6 millones de dólares, que fueron derivados al Consejo General de Educación (CGE).
No obstante, Yedro resistió la cesión de tales terrenos, por lo cual se le inició la causa por usurpación. (La provincia, en tanto, impulsó un proyecto para aprovechar el campo expropiado para crear una aldea productiva, donde un centenar de familias podían desarrollarse como criadores de cerdos. Sin embargo, la propuesta, que fue muy promocionada, no prosperó. “Era un proyecto de Roberto Schunk, muy costoso, que finalmente no anduvo”, reconoció Rodríguez Signes.
La noticia es que las casas están construidas y terminadas hace 8 meses. Son amplias y de muy buena construcción, pero están deshabitadas.
Las mismas se levantaron en medio del campo ubicado a pocos kilómetros de la localidad de Guardamonte, en el departamento Tala.
Son la mitad de las 100 proyectadas para los futuros habitantes de la Aldea La Esperanza, que se erigirá -alguna vez- en el establecimiento que perteneciera al ex legislador.
El fiscal de Estado contó a EL DIARIO que hizo poner seguridad en el predio para que las viviendas no sean intrusadas.
Cuando se lo consultó por el estado de los inmuebles aseguró que están en perfectas condiciones. Las dificultades para otorgarlas, según Rodríguez Signes, es la ubicación, ya que se construyeron campo adentro.
Tras haber sido condenado por enriquecimiento ilícito a comienzos de la década pasada, Yedro fue conminado a devolver al Estado el emblemático campo que había comprado en Rosario del Tala, valuado en varios millones de dólares, y a partir del que se empezó a sospechar de su incremento patrimonial. Pero el ex senador se resistió y no abandonó nunca la finca que debía pasar a manos del Ministerio de Educación de la Provincia. Comenzó así una verdadera batalla judicial que entabló contra el Estado, caracterizada por una seguidilla de recursos en diversos niveles de la Justicia local, provincial y nacional. Finalmente, cuando la provincia recuperó el terreno, planificó instalar allí una aldea productiva, con la radicación de 100 familias jóvenes, hijos de productores rurales, para la cría de cerdos. En febrero de 2012 Sergio Urribarri recorrió el campo que se extiende a unas 2.600 hectáreas. ”Queremos un desarrollo productivo que contemple la colonización del campo con matrimonios jóvenes como productores que sean respaldados por las cooperativas agrícolas de Entre Ríos. Es un proyecto de producción con fenómeno social”, dijo el mandatario entonces. La iniciativa nunca se concretó.