No cabe dudas de que las fiestas de Fin de Año son esperadas por los comerciantes. No solo en épocas de bonanza sino, y más aún, en tiempos de vacas flacas. Y el comercio local viene de pasar de mal en peor durante cuatro años. En consecuencia, muchos esperan estas fechas para acomodar las cuentas que viene en rojo permanente.
Antes los gremialistas debían enfrentarse no solo con los propietarios de los comercios que no querían cerrar hasta que la gente dejase de circular por la peatonal. Sino también con los clientes que pugnaban por realizar alguna compra ya sea porque habían esperado hasta último momento o, más probablemente, porque se habían olvidado de algún artículo.
Eran años en que, bien entrada la noche, la gente no dejaba de pasear por la peatonal, más que un día normal. Ya eso no sucede desde hace bastante tiempo. A las 18 horas la gente deja de circular por la zona céntrica porque sabe que los comercios ya están bajando la persiana. Por eso, desde el CEC deducen que será una jornada tranquila. Por ello irán mas como si fuera una vigilia que como una protesta y no llevarán bombos ni elementos de percusión.
