Los padres del chico se defendieron y advirtieron que se estaba frente a un severo error de parte de los directivos, que decidieron avanzar en la expulsión del menor.
En su momento, el presidente del Consejo General de Educación, Jorge Kerz, informó que él no era partidario de las expulsiones, y tras dejar entrever que pudo haber existido apresuramiento de los responsables de la escuela, optó por crear al chico un programa especial de dictado de clases con profesores.
Ayer se supo que el Juzgado Penal de Menores a cargo de Marta del Barco dispuso cerrar la causa contra el menor porque la magistrada no encontró elementos para condenar al adolescente. No se encontraron elementos de prueba que permitiesen sindicar penalmente al menor como responsable. Además, se habría recriminado la acción de las autoridades de la escuela porque no se habría ajustado a la responsabilidad que les cabe como funcionarios públicos. Este punto sería fundamental, ya que podría derivar en que el Consejo General de Educación, una vez que sea notificado, realice o no un sumario administrativo, además de saber si la jueza recomienda o no el reingreso a la Comercio Nº 1 o bien seguir los estudios en otro establecimiento.
Ante esto, se dispuso cerrar la causa y disponer que los padres mantuvieran la responsabilidad del menor asegurando el tratamiento especializado recomendado por los profesionales.
Todo comenzó con la localización de una caja con pilas, cables y un frasco con pólvora en el escritorio de una alumna.
El rector del establecimiento, Miguel Langhi, en su momento comentó que no descartaba que “exista algún motivo de celos hacia otra alumna”, en esa hipótesis se reforzó la idea de envidia hacia las buenas notas de su compañera a la que podría ver como una potencial competidora para la obtención de la Bandera de Ceremonias.
Sin embargo, la resolución fue severamente cuestionada por los padres que se presentaron en la comisaría cuarta para alertar de una posible “cama” al menor.
Los padres del alumno aseguraron en su momento que el chico participó de la situación, pero no solo, ya que siete compañeras más del mismo curso y otro menor que asiste a una escuela vecina organizaron lo que consideraron una broma de mal gusto a los compañeros del segundo año Polimodal. Además no ocultaron el malestar con Langhi por la supuesta persecución emprendida, ya que sin derecho a defensa y posibilidad de aclarar las dudas, se lo expulsó.
Todas estas situaciones serán analizadas con posterioridad por las autoridades del Consejo de Educación.