“Réquiem para un sueño” es el segundo largometraje de Darren Aronofski (“Pi” de 1998; La Fuente de 2006 y El luchador de 2008, entre otras). A través del tiempo, el filme ha ganado su merecido lugar de culto. La película se distingue por un ritmo frenético e hipnótico, que narra la trágica historia de cuatro individuos adictos a distintos narcóticos. Aronofsky logra que los espectadores nos adentremos en un universo visual que transforma anhelos idealistas en estremecedoras pesadillas. Para lograrlo, se aferró con agudeza e ingenio de los elementos de la narrativa cinematográfica -fotografía, edición y música- en un alucinante y sobrecogedor relato.
“Réquiem por un sueño” nos presenta a los felices personajes (Jared Leto y Jennifer Connelly en tal vez los mejores papeles de sus carreras) interconectados en relaciones de familia, amistad y noviazgo, a punto de emprender una espiral descendente sin retorno, viviendo la vida repleta de fiestas, drogas y sin preocupaciones. Entre ellos, la madre del protagonista (Ellen Burstyn), mujer que vive encerrada casi siempre en su casa viendo la televisión y que defiende a capa y espada a su hijo, incapaz de reprocharle cómo ve que está malgastando su vida. La película transita por esos momentos en que todos ellos empiezan a caer irremediablemente en un pozo sin fondo por culpa de sus adicciones, pero aún inconscientes de ello, diciéndose a sí mismos que «sólo será esta vez» y finalmente hasta un callejón sin salida donde ya no hay vuelta atrás.
Desde la agrupación “Lazos en red” y la dirección de la Biblioteca Julio Serebrinsky consideran la generación de este espacio como una estrategia más en la promoción de la salud mental y social: “El encuentro, el intercambio, la participación social y cultural son necesidades humanas fundamentales que debemos propiciar”, señalaron a DIARIOJUNIO.