Presentaba el mismo aspecto físico que cuando se había escapado, pero se le descubrió un documento de identidad apócrifo en su poder. Es por esto último –la falsificación de documentos es un delito federal- que aún es incierto su destino, es decir, si permanecerá por ello detenido en Córdoba, o si será posible su traslado.
De acuerdo a lo manifestado a DIARIOJUNIO por el comisario Vega, la recaptura de Oliva obedeció a “un trabajo fino de inteligencia realzado por personal de esta comisaría, en concordancia con el Juez de Instrucción local (Edgardo Redruello) y algo de colaboración de la policía de la provincia de Córdoba”.
Oliva formaba parte de una banda de malhechores que, haciendo “base” en la ciudad de Federación, venia a robar en viviendas de Chajarí, ingresando en horas de la noche, aun con sus moradores adentro.
A la hora de fugarse, el hombre habría roto los barrotes de su calabozo para inmediatamente salir a un patio interno de la comisaría y por allí sortear un muro que lo separaba de la calle. Habría sido entre las 3 y las 5 de la mañana e increíblemente sus dos compañeros de celda –uno de ellos era su cómplice en los robos mencionados- permanecieron en el lugar.