“Por el momento no existe un producto alternativo, así que el problema pasa a ser grave para los productores que envían frutas a las zonas protegidas por la barreras sanitarias contra la mosca de los frutos, como Mendoza, Neuquén, Río Negro y San Juan, dado que al no contar con el servicio de desinfección de la cámara, los costos pasan a ser diferentes”, agregó Ciuccio.
En función de esta situación, la FeCiER realizó gestiones ante SENASA –el organismo de contralor en la materia– a los efectos de conseguir una reducción en los niveles que deben utilizarse en la desinfección. “Existe un bromuro de metilo al 98,2%, pero el que estamos usando es al 99,7%, que es el único aprobado y permitido por SENASA. Hemos solicitado formalmente modificar transitoriamente esta normativa, pero no hemos tenido respuesta de parte de la autoridades de ese organismo”, confió Ciuccio.
El servicio que brinda
El responsable técnico del complejo, ingeniero Javier Dalmazo, explicó que el servicio que se ofrece “consiste en un tratamiento cuarentenario con gas de Bromuro de Metilo contra la Mosca de la Fruta para todos los cítricos o vegetales hospederos de esta plaga, que deben ser tratados para poder entrar a las zonas protegidas del país, básicamente Cuyo y la Patagonia”. Las provincias de estas regiones exigen que toda la mercadería que es hospedera de la Mosca tiene que ser tratada previamente para eliminar la posibilidad de ingreso de esta plaga.
La planta cuenta con dos cámaras con una capacidad de 40 ó 45 pallets cada una. Los tiempos del procedimiento son variables porque dependen mucho de la época del año, ya que la fruta debe tener cierta temperatura para poder ser tratada. Según Dalmazo, “hay distintas alternativas, se lleva la fruta a 15 grados para un tratamiento de 4 horas, o también se la puede elevar a 21 grados y entonces la demora es de 2 ó 3 horas”. En invierno, como la fruta llega a menor temperatura que la requerida, es necesario elevar los grados. “Este proceso es lo que generalmente lleva más tiempo”, destacó el responsable técnico.
La mercadería tratada sale de la planta en un camión que debe ir precintado y el cargamento se devuelve acompañado de un certificado que atestigua que se le hizo un tratamiento cuarentenario. “Esa es la documentación, firmada por inspectores de la Fundación Barrera Zoofitosanitaria Patagónica (FUNBAPA) destacados en la planta, que debe presentar el transportista al llegar a la barrera sanitaria”, apuntó Dalmazo. A su vez se entrega también un reporte del tratamiento que detalla todos los eventos del mismo sin posibilidad de adulteraciones.