Ayer, poco antes de que la Cámara de Diputados convirtiera en ley la expropiación de YPF, Cristina había reconocido que «parecía un sueño, pero muchas veces las cosas se van dando porque la historia va marcando etapas”, y había señalado que «el desafío» era convertir a la compañía en una empresa «moderna, competitiva, alineada con los intereses del país”.
Miguel Gallucio, un ingeniero del ITBA de 43 años nacido en Paraná que renunció hace poco a la presidencia de la Integrated Project Manager, unidad Schlumberger, la empresa de servicios y perforación más grande del mundo, fue el elegido por la presidenta Cristina Kirchner para encabezar esta nueva etapa de YPF.
El periodista Ignacio Zuleta aseguró en el diario Ámbito Financiero que el «Mago» Gallucio «es una estrella en el planeta de los ‘reservoristas’, los expertos en la industria del petróleo en la localización y perforación de hidrocarburos. Se le reconoce, pese a su corta edad, una experiencia solvente en todos los continentes y un grado de especialización poco superable en la profesión».
Según Zuleta, desde el Gobierno le atribuyen «haber modificado el paradigma de su negocio aplicando tecnologías novedosas que han permitido sacar gas y petróleo de yacimientos que antes parecían imposibles de explotar». Esto sería muy valorado en el caso del «shale» gas del yacimiento de Vaca Muerta.
Aunque nadie lo confirme aún, varios hechos permiten inferir que las negociaciones entre el Gobierno y Galuccio transitaron al menos los últimos dos meses. Uno de ellos es que se reunió en diciembre último con el gobernador de su provincia, Sergio Urribarri, cuando el mandatario viajó a Londres junto con una comitiva oficial que también integró el hermano del ingeniero, Carlos Galuccio, hasta hace poco presidente de la Unión Industrial de Entre Ríos (UIER) y empresario de la constructora Losi. Urribarri había sido invitado por la empresa Schlumberger para una presentación sobre la potencialidad argentina en hidrocarburos de segunda generación. De ahí que en despachos oficiales se comente que fue el gobernador quien le acercó a Cristina el nombre del expatriado.