Con un lenguaje sencillo y por tanto contundente, “Maca”, se explayó ante un grabador encendido Parecía tener necesidad de decir cosas que tenía atragantadas desde hacía tiempo.
El exobrero de la madera y trabajador a destajo en tiempos del menemismo vive en un barrio de gente humilde y trabajadora, el Pancho Ramírez y es cuenta propista, tiene un almacen pequeño. Ya es abuelo y sus hijos pudieron desarrollarse en estos años, lo que para él y su familia es la década ganada.
Maca es actualmente un militante de la Agrupación Evita y concurrió a la convocatoria que realizó el FpV-PJ a todos aquellos que estén dispuestos a participar de la manifestación de apoyo a CFK, ex-presidente de la nación citada a indagatoria y en calidad de imputada por el juez de la servilleta menemista, Claudio Bonadío.
Godoy, uno de los tantos vecinos entrevistados, dijo “yo estuve en Plaza de Mayo cuando en los años 70, Perón nos echó de la plaza y nos tildó de imberbes y luego de vivir aquella época y esta te puedo decir que Néstor no nos hubiera echado, al contario a quienes habría echado es a los sindicalistas traidores, no a nosotros”.
Recordó cuando en tiempos del conflicto por la Resolución 125 estuvo a favor del campo. “fue así hasta que un compañero me cagó a pedo y me hizo entender cómo era la cosa, ahí comprendí y desde ese momento me comencé a sentir una persona feliz y a darme cuenta de todo lo que había crecido yo y mi familia, la cantidad de cosas que había logrado. Mis hijos y parientes tenían trabajo y no pasaron las necesidades que pasábamos nosotros en otros tiempos”.
Su testimonio simple y claro hizo llorar a más de un oyente.
BONADÍO, EL JUEZ DE LOS SOBRESEIMIENTOS SERIALES A MENEMISTAS LADRONES
Claudio Bonadío llegó a la justicia en 1992 de la mano del expresidente Carlos Menem, luego de pasar por la secretaría de su otro mentor, Carlos Corach.
El ex ministro de economía Domingo Cavallo lo inmortalizó alrededor del año 1996 cuando contó que Corach le había pasado una listita en una servilleta de papel, quienes eran los jueces adictos al poder y dispuestos a hacer lo que se les mande. A partir de allí integró la lista de los jueces de la servilleta.
En el 2001 procesó a un periodista que había asegurado que el corrupto del ex titular de PAMI, Víctor Alderete no podía justificar 600 mil dólares. Lo acusó por el delito de violación del secreto fiscal.
Luego sobreseyó al mismo Alderete y a varios funcionarios menemistas más por delitos vinculados a resonantes casos de corrupción.
La oficina anticorrupción denunció a Bonadío por los delitos de prevaricato, incumplimiento de los deberes de funcionario público y tráfico de influencia, entre otras lindezas.
Bonadio fue apartado de la causa que investigaba el encubrimiento y las pistas falsas plantadas en la causa por el atentado terrorista a la mutual judía AMIA. Los motivos del apartamiento eran varios, pero la acusación más significativa era por haber estado cinco años sin mover el expediente, beneficiando así a su colega amigo Juan José Galeano y a su ex jefe Carlos Corach, ambos acusados de manipular la causa AMIA.
Para sintetizar, este juez de la servilleta ya tiene acumulas seis causas en su contra dentro del Consejo de la Magistratura, la mayoría de ellas por "cajonear" causas y demorar sin razón los procesos judiciales según el caso.
LA GRIETA : EL AMOR PUEDE AL ODIO
Bonadío es repelente hasta para los que están de su lado en la grieta. La increíble imputación a la expresidente CFK por la venta de dólares a futuro, una medida política puso los pelos de punta a sus mandantes que observan como convierte en víctima a alguien a la que querían repudiada y estigmatizada.
Ayer, CFK llegó a Buenos Aires rodeada del afecto de miles y este miércoles se podrá mostrar como el regreso de la líder indiscutida del FpV, no como una condenada por la justicia.
Las decenas de miles de personas que inundarán las calles de Bs As, les hará saber que la grieta que día a día profundizan no es a favor de los ajustadores.
El relato de este hombre de barrio muestra las partes de la grieta : de un lado Bonadío y del otro un simple trabajador con buena memoria.
