Luego de su captura en la provincia de Buenos Aires, en diciembre del 2013, Mazzaferri debió afrontar diferentes instancias judiciales por encontrarse imputado por delitos de lesa humanidad ocurridos en Concepción del Uruguay durante la última dictadura cívico militar. Desde ese momento se encuentra detenido en la Unidad Penal de Devoto, ante la posibilidad de una nueva fuga, y será trasladado a nuestra ciudad para finalmente ser llevado a juicio oral y público a partir de la semana próxima.
El represor está imputado en la denominada “Causa Mazaferri” por delitos de allanamiento ilegal de morada, detención, privación ilegítima de la libertad, torturas y asociación ilícita en el marco del terrorismo de Estado. Estos hechos fueron denunciados por Cesar Román, ex detenido y víctima del imputado, y confirmados por otros testigos víctimas, que en esos momentos eran estudiantes secundarios, militantes políticos y sindicales y que fueron secuestrados y llevados a la sede de la Policía Federal de Concepción del Uruguay, donde funcionó un Centro Clandestino de Detención y Tortura, a sólo dos cuadras de la Plaza Ramírez.
Mazzaferri, quien llegó desde Buenos Aires a Concepción del Uruguay en el año 1975 como responsable del área de inteligencia de la Policía Federal con 23 años y el grado de oficial subinspector, fue reconocido en las declaraciones realizadas por víctimas y testigos desde el inicio de la causa “Megacausa Harguindeguy” en el año 2009. Trabajando en esa área, conocida como “Oficina Técnica” fue el responsable de los secuestros durante los procedimientos ilegales llevados adelante por la patota encabezada por la Policía Federal y también es señalado como uno de los encargados de practicar las torturas a las víctimas con picana eléctrica y otras como el submarino seco.
En el juicio realizado en 2012, donde fueron condenados, entre otros, los miembros de la patota de la Policía Federal Francisco Crescenzo y Julio César Rodríguez, las víctimas coincidieron respecto del rol de Mazzaferri en la represión ilegal: era quien encabezaba los operativos, a veces hasta utilizando su auto particular, e instruía a los agentes en las más terribles técnicas de tortura.
“Mazzaferri les enseñaba a torturar”, dijo Juan Carlos Romero, que estuvo secuestrado en la sede de la Policía Federal en julio de 1976. “Era el que utilizaba la picana eléctrica”, acotó Juan Carlos Rodríguez, otra de las víctimas. “Por la libertad con que se movía y la forma en que ejercía el poder, era quien marcaba lo que les importaba saber en los interrogatorios; y daba la impresión de que su poder llegaba hasta más arriba”, dijo Rosa Gaitán, esposa de Carlos Valente, que estuvo secuestrado en la sede de la Policía Federal y que falleció antes del juicio. “Mazzaferri ha hecho atrocidades en Concepción del Uruguay”, resumió Roque Minatta, en su declaración judicial.
Entre 2006 y 2009, entre el inicio de la causa y el momento de su fuga, Mazzaferri había evitado presentarse a indagatoria en diversas oportunidades por certificados médicos. Ya capturado será llevado a juicio.
El Tribunal Oral Federal será integrado por jueces rosarinos: Jorge Sebastián Gallino, Otmar Paulucci y Beatriz Caballero de Barabani, debido a la excusación de la totalidad de los miembros del TOF local por su intervención previa en la “Causa Harguindeguy”.
Las fechas fijadas para las audiencias testimoniales son los días 6, 7, 8, 9 y 13 de junio. Por la sala de audiencias está previsto que pasen 25 testigos. Además se realizará una inspección en la sede de la Policía Federal de Concepción del Uruguay, donde ocurrieron los hechos denunciados.