Tito sostuvo que la sentencia es una muestra de que la Justicia es “la peor de las corporaciones”. Y también relacionó lo sucedido en Paraná con el sobreseimiento del ex presidente Fernando De la Rúa de la causa donde se investiga la responsabilidad por la represión de 2011 que se cobró 35 víctimas y con la sucesión de medida cautelares que impiden la aplicación plena de la Ley de Medios.
“Son los mismos que hacen estas payasadas de condenar a prisión perpetúa pero domiciliaria. Veíamos por televisión que estaban rozagantes, no hay ningún enfermo; no hay atenuantes pata un caso como éste”, argumentó. “Estos personajes fueron los meros instrumentos de una dictadura cívico-militar. Son los civiles que siguen gozando de plena libertad y agazapados para dar un nuevo zarpazo”, subrayó.
Por otra parte, dijo que lamentaba por los familiares de los desaparecidos y de las víctimas del accionar represivo. “Me imagino como deben estar las madres, las hermanas y esos hijos que fueron a Paraná creyendo que iban a ver la sentencia de los asesinos de sus familiares y vuelven con un sabor amargo que nos envuelve a todos los que hemos sido testigos de esta aberración”, indicó.
Asimismo, se preguntó por qué razón el tribunal oral no convocó a muchos de los testigos de lo que sucedía en el país desde 1974 en adelante o a quienes fueron detenidos en fecha posterior al 24 de marzo. “Los allanamientos del 24 y 25 de marzo, sabíamos quienes dirigían esos allanamientos y realizaban simulacros de fusilamiento, se jactaban que encontraban a pobres mujeres en paños menores que corrían a proteger a sus hijos”, indicó.
En su lugar, citaron a personas “demasiado jóvenes” que comenzaron a militar cuatro o cinco años luego de que comenzó la dictadura como así también a quienes no tuvieron ninguna intervención. “Simplemente la vieron pasar”, agregó. “Uno piensa que mano negra hubo detrás de todo este juicio”, añadió.
También preguntó por la ausencia en el estrado de los acusados de quienes ocupaban cargos de jerarquía del Regimiento o de los que formaban parte de los consejos asesores. “Eran los que lo visitaban a Dasso para decirle por qué no lo detenían también al Dr. Piedrabuena o al Dr. Gomez o a fulano o mengano. Están agazapados y son los que hoy han engordado con la democracia. Ocupaban las secretarías de la municipalidad, fueron los colaboracionistas. Ahí están los nombres y lamentablemente ocuparon cargos en los gobiernos de Busti y siguen ocupando cargos en este gobierno”, señaló Tito.
“Me voy con un sabor amargo porque conozco como va a ser la prisión domiciliaria. Estos señores después de los malos momentos vividos, después irán a sus casas, serán visitados por sus amigos, saldrán en camionetas polarizadas rumbo a countries donde se les harán comidas de agasajo”, expresó por último.
Por su parte, la esposa de Tito, Ángela del Carmen Braccia, presidenta de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Concordia, sostuvo que se siente muy dolida. “Como si me hubiesen cacheteado porque esta Justicia que tenemos parece no entender. Si quienes están para administrar justicia y les dan prisión perpetúa a asesinos y después en la misma sentencia domiciliaria. ¿Por qué no cumplimos la ley? ¿Qué les pasa a los jueces? ¿A que sectores responden? No responden a esa ley que es para todos iguales”, señaló. La mujer cuestionó la ausencia de testigos como “Pocho” Medina y Elba Tolomei.
“Fui a esperar la sentencia con mucho temor porque sé como fue tramado. Por un lado les dicen perpetúa pero por otro los dejan irse tranquilos y frescos. Estos jueces no han hecho justicia. La ley es para todos igual”, reiteró.
Además, agregó finalmente que siente que esto de permitirles prisión domiciliaria es no solo injusto sino profundamente racista y clasista, pese a estar probado que son asesinos obtienen este beneficio que seguramente no lo tendrían sectores desprotegidos de la sociedad y conocidos como «caras de expediente», en clara referencia a los sectores más humildes y pobres.