Causa Harguindeguy: Santos Olivera, ex chofer de la Jefatura de Concordia será procesado por el delito de falso testimonio

Esta mañana se desarrolló una nueva audiencia correspondiente a la investigación del accionar de las fuerzas de seguridad en la costa este de la provincia durante los años de plomo. Es importante recordar que en el juicio “Harguindeguy y otros” ya se pasaron por las etapas testimoniales del área Concepción del Uruguay, Concordia y Gualeguaychú; y que la audiencias de hoy y mañana fueron solicitadas por el defensa técnica, a cargo de Mario Franchi, a los fines de que tres de los imputados puedan hacer uso de la palabra y defenderse de forma directa.

Continuidad del proceso

El inicio de los alegatos esta previsto para el 28 de noviembre. En primera instancia será el turno de los abogados querellantes, quienes tendrán 28 y el 29 para exponer sus alegatos; el cinco y el seis de diciembre le tocará a los representantes del ministerio público fiscal; y el 12 de diciembre se cerrará esta etapa previa a la sentencia, con los alegatos de la defensa.

Héctor Edmundo Maqueira, ex Marino

El testigo arrancó reconociendo que tenía una buena relación con gran parte de la jerarquía de las fuerzas de seguridad de Concordia. Maqueira dijo que en Concordia no hubo desaparecidos, que la primera noticia que tuvo al respecto es cuando una compañera de trabajo (María Estela de Solaga) le dijo que si podía averiguar algo de su hermano. “Yo por una razón de convicción propia averigüé. Me dieron un informe que este chico estaba en La Plata. No me dieron precisiones, pero me dijeron que su último destino fue La Plata” afirmó. Continuando afirmó “En un momento me dijeron que el secuestro estuvo a cargo de la Policía Federal. Según tengo entendido eran brigadas que se movían por todo el país” recordó. Maquieira mencionó como sus fuentes a un oficial de Gendarmería de apellido Sandri y otro Alberti y al juez concordiense Gerónimo Palma. El hombre vivió en Concordia entre 1970 y 1990 y en ese período reconoció haber tenido “disgustos” y “discrepancias” por la represión ilegal con Héctor Febres. “Yo no estaba en absoluto de acuerdo con lo que hicieron los militares”, aseguró.

Santos Adolfo Olivera: No sabe no recuerda. Procesado

De lo que va del proceso la constante ha sido que la mayoría de los ex miembros de las fuerzas que actuaron en aquellos años aporten muy pocos datos, recurriendo a frases hechas como: han pasado muchos años por eso no recuerdo, o esas tareas no me correspondía, a esa sección nunca ingresaba. Todas estrategias para continuar con el velo de silencio. Pero en cierto momento, como en la mañana de hoy, esa impune manera de manejarse con la memoria colectiva desatan reacciones, como las lagrimas de impotencia de la hermana de Sixto Zalazar, o el aluvión de preguntas de querellantes, fiscales y hasta uno de los magistrados, que incrédulos de lo que oían de boca de Olivera terminaron por procesarlo por el delito de falso testimonio.
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Olivera afirmó que en 1976 era chofer personal del Jefe Departamental de la Policía de Concordia, Pedro Ramón Campbell, sindicado por testigos anteriores como uno de los responsables de los secuestros y desapariciones en la ciudad, como la del obrero ferroviario Sixto Zalasar. El testigo, con un relato plagado de inconsistencia y aportando prácticamente ninguna información concreta de cómo era un día normal de su trabajo, negó prácticamente todo lo que se le pregunto, dijo que nunca vio ni se enteró de que en la Policía hubiera presos políticos. Señaló que su única función era trasladar a Campbell, y reconoció que lo llevó a algunos operativos pero él se “quedaba siempre en el auto”. No puedo dar ningún dato más al respecto de los lugares o los motivos por lo que se realizaban dichos operativos.

Hasta aquí el testimonio de Olivera era similar a otros ya pronunciados por representantes de las fuerzas de seguridad, pero la cosa cambió rotundamente cuando declaró que conocía desde la infancia a Sixto Zalasar y que éste era el marido de su prima. Dijo además que mantenía un vínculo de amistad con él: “Íbamos a guitarrear al barrio, siempre charlábamos sobre fiestas y salidas”. Ante la consulta de la Fiscalía, declaró que se enteró de la desaparición de su amigo “después de que pasaron las cosas”, pero no supo precisar cuánto tiempo después, ni cómo se enteró. Ante una pregunta sobre si había intentado averiguar qué había pasado con Sixto, Olivera respondió negativamente, volviendo generalizadas las dudas con respecto a la veracidad de su testimonio. Así fue que desde la querella se solicitó al Tribunal que le recordara al testigo que estaba declarando bajo juramento y que debía decir toda la verdad.

Olivera continuó de la misma forma y como si nada pasara dijo “yo estoy diciendo la verdad”. Ante semejante situación se generó un cruce de palabras entre las distintas partes, que se cortó con la abrupta irrupción de la hermana de Zalasar, Graciela, quien se paro y dijo, “él no era amigo de Sixto, mi hermano no era guitarrero. Mi cuñada dijo que él estuvo implicado en la desaparición de mi hermano”, tras lo cual se retiró de la sala.

Los cruces entre las partes se trasformaron en una acalorada discusión, con respecto a qué hacer con Olivera y su testimonio con evidente falta de verosimilitud. Noemí Berros, integrante del tribunal, solicitó que se lo dejara detenido “a ver si de esa forma se le refrescaba la memoria”. Pero el Tribunal decidió por mayoría no hacer lugar a esta medida aunque si acepto el pedido de la Fiscalía, que solicitó la remisión de copias del acta, ya que presentará una denuncia contra el testigo por presunto falso testimonio.

Testimonio de Valentino

El ex jefe del Regimiento de Gualeguaychú es uno de los máximos imputado por los delitos de lesa humanidad cometidos en la costa este de la provincia durante el último gobierno militar. Valentino es el único de los imputados que asistió a todas las audiencias del proceso, siempre con un cuaderno y una birome para tomar nota, y un almohadón para evitar dolores de cintura. Resulta que llegado el momento de declarar, Valentino sacó a relucir que estuvo muy atento, tomando nota en cada una de las audiencias, al punto que en su testimonio de hoy marcó hasta los más mínimos detalles que podían reforzar su postura de negar todos los hechos de los que es imputado, desmintiendo uno por uno a todos los testigos que pasaron por las audiencias. Cabe mencionar que antes de arrancar dijo que no iba a responde preguntas, por lo que su testimonio se transformó en un monólogo en el que con aires omnisapiente encontraba un explicación racional para todo. De esta manera Valentino dejo en claro que para él los testigos victimas que declararon a lo largo de la causa no solo mienten, sino que se cubren entre ellos.

Al inicio de su testimonio el imputado dijo “Niego todas las acusaciones e imputaciones que se han hecho a mí y a mi gente, mis subordinados”. También pretendió desvincularse de las acciones represivas que realizaban otras fuerzas como Prefectura y Gendarmería; sólo dijo que tenía “control funcional de apoyo, a requerimiento” sobre la Policía y aseguró que “no tenía injerencia en absoluto” sobre la UP2 ni con los detenidos allí a disposición del Poder Ejecutivo Nacional.

En un testimonio que se extendió por más de tres horas, Valentino fue caso por caso “desmintiendo” a cada uno de los testigos que aseguraron haber estado detenidos en el Regimiento que él comandaba. Así fue que dijo que “nunca se allanó la casa de Felguer y que nunca estuvo detenido en el cuartel”. También dijo que había contradicciones entre los testimonios de los hermanos Martínez Gabino y que Zapata y Rodríguez nunca fueron detenidos, ya que si bien llegó la orden para que fueran puestos a disposición del PEN, estos se “fugaron” antes de que se los pudiera detener.

Por otro lado el ex Jefe del Regimiento dijo que el no realizaba arengas a sus subalternos, sino que solamente “les informaba y prevenía de cosas que pasaban en otros lugares del país”.

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