Causa Harguindeguy: Luego de muchas idas y vueltas Hermosid terminó declarando que vio a Zalasar detenido en la Jefatura

En horas del mediodía se constituyó, en Concordia, el Tribunal encabezado por Lilian Carnero encargado de llevar adelante la mega causa “Harguindeguy y otros”, en la que se están ventilando delitos de lesa humanidad producidos en la costa de Uruguay durante la última dictadura cívico-militar.

Se trató de una maratónica audiencia en la que una comitiva de entre 25 y 30 personas integrada por el Tribunal, Querellante, Fiscalía, el Defensor Oficial, victimas, familiares y la prensa recorrieron las instalaciones de Regimiento 6 de Caballería, la cancha de polo de Donaban y la Jefatura de Policía. Los tres lugares fueron señalados a los largo de la causa como cetros clandestinos de detención y torturas.

El recorrido se inició sobre mediodía en el Regimiento de Caballería de Tiradores “Blandengues” numero 6. Destacamento donde el único imputado Naldo Miguel Dasso se desempeñara como jefe durante el periodo que se investigan los hechos.

Guiados por el actual jefe, Teniente Coronel Salguero la comitiva fue recorriendo las instalaciones.

Donato Román, quien el 24 de marzo de 1976 fuera detenido junto con un grupo de más de 30 personas, reconoció lo que en otro tiempo fuera el despacho del Coronel Dasso y hasta indicó que la mesa seguía siendo la misma.

Lugo el grupo recorrió varias cuadras y habitaciones sin llegar a dar con el lugar que Román indicaba como en el que estuvo detenido “podía ver muy poco, porque siempre estaba encapuchado, pero donde me tenían detenido se podían escuchar ruidos como de una calle” afirmó.

Luego de muchas vueltas, ex profeso y con un evidente interés por parte de los guías del regimiento de como mínimo prolongar la llegada a este lugar, se accedió a lo que en la actualidad es un salón de usos múltiple.

Se trata de una cuadra totalmente refaccionada: paredes revocadas, desagües en el cetro de una “habitación” y ventanas a la calle tercera de Regimiento fueron alguno de los indicios que dejan ver las modificaciones producidas en el lugar.

El ex preso político Román reconoció la construcción como el lugar donde él junto con alrededor de 30 personas fueron privadas de su libertad.

Una vez concluido el recorrido por el Regimiento de Concordia la comitiva se dirigió a la cancha de polo del Donovan a la vera de Salto chico. Este lugar fue señalado en audiencias anteriores como un sector que las fuerzas militares usaban para interrogar a las víctimas. En rigor ninguno de los presentes dijo al Tribunal haber pasado por ese lugar. Por otra parte, en referencia a este lugar, Elsa Solaga mencionó que en una ocasión tuvo una charla con un buzo de Salto Grande de apellido Malagrida y que este le dijo que hace 15 años atrás, cuando el río estaba por debajo de los 50 cm, él había podido ver sobre el lecho dos cadáveres.

JEFATURA DE POLICIA
Luego de esto la caravana de autos se dirigió al cetro de la ciudad, más específicamente a la Jefatura de Policía. Una vez dentro del destacamento fue el propio Alfredo Hermosid (ex mozo de la Jefatura durante el periodo en el que se investigan los hechos), quien se sumó recién en esta instancia al resto del grupo, el que fue señalado los distintos lugares donde se encontraban los calabozo o la personas detenidas.

En esta instancia Hermosid recordó que en aquellos años había muchos detenidos “eran como 60, algunos estaban 48 y se iban”. También dijo que ellos tenían terminantemente prohibido hablar con alguno de los detenidos y que la orden venia de Campbell jefe del destacamento por aquellos años. Hasta este momento el ex mozo de la jefatura recordaba mucho de lo ocurrido 36 años atrás y era capaz de dar cuenta de las modificaciones que se habían producido en el edificio a lo largo de los años.

Una vez finalizado el recorrido por los distintos lugares señalados a lo largo de las testimoniales del área Concordia como cetros clandestinos de detención y/o torturas, se paso a la segunda instancia programada para este día. Las declaraciones testimoniales del cura Andrés Servín.

Servin: “Habíamos sido amenazados primero por la triple A y luego por la Policía. Estábamos marcados”

En el edificio comunal Servin se refirió a las detenciones del 24 de marzo de 1976 y se expresó sobre la relación que mantenía con Sixto Salazar. Por ello, recordó que realizaban distintas actividades desde la parroquia y que las fuerzas armadas les habían hecho amenazas.

“El 24 de marzo de 1976 a las 4 de la madrugada recibí un llamado de una familia amiga que le había allanado la casa y secuestrado un familiar” dijo el testigo. Continuando con su relato afirmó cuando volvió a la parroquia Nuestra Señora de Lourdes ya había varias personas que lo estaban esperando porque le había pasado lo mismo, al respecto dijo “yo llevaba a los familiares hasta el regimiento. Hacías de chofer porque yo tenía el ingreso prohibido al regimiento”.

Servín también narró que una vez vino una persona, de la cual dijo que “nunca” revelo su nombre, que le comento que Zalasar estaba detenido en la celda uno de la Jefatura de Policías. “Monseñor Rösch estaba buscando a Zalasar y no lo podía encontrar, entonces yo le comunique lo que me habían contado pero no le di el nombre” dijo Servin y agregó “Monseñor llamó por teléfono y hablo con Campbell. En un momento la charla se puso tensa y cuando corto dijo ‘Campbell me miente”.

Ante la pregunta de la fiscalía de si conocía a Sixto Zalasar y de si él sabía porque había sido detenido respondió “Si, recuerdo a Sixto. Con él hablábamos de los problemas del ferrocarril y compartíamos muchas cosas. Cuando comienza el proceso empezamos a vivir un clima muy raro, muy duro. Todas aquellas personas que trabajaban con el pobre eran personas sospechosas. Yo creo que lo detuvieron por esto y porque estaba en el gremio del ferrocarril” concluyó el presbítero, quien también dijo que él no sabía de quien venían las ordenes de detención “pero sí creo que estaba todo muy preparado, planificado”. “En esa época nadie pensaba que una persona podía esfumarse desaparecer” remató.

Servín cerró su declaración diciendo que para él este no era el lugar adecuado para prestar declaración, que lo mejor hubiera sido hacerlo en los tribunales lugar normal de la justicia.

Hemosid: De la Jefatura al Municipio, un camino que borró su memoria

Alfredo Hermosid se desempeñó por más de 15 años como mozo de la Jefatura de la Policía y prestó servicio durante los años de plomo.

Lo llamativo es que el testigo que durante la inspección ocular de la Jefatura pudo describir con lujo de detalles donde se encontraban cada uno de los calabozos y señalar que “se veían detenidos todos los días eran más de 60.

Algunas estaban 48 horas y se iban”. Hermosid, también recordó que había orden expresa de Campbell de no hablar con los detenidos y hasta reconoció a Graciela Zalasar. Todo cambio una vez que se sentó, en la sala de municipio, delante del tribunal para declarar.

Ante la primera pregunta del Fiscal Candioti de si en 1976 había detenidos en la jefatura respondió que no, y a continuación dijo “había calabozos y había detenidos por distintas causas”. A lo que el fiscal le pregunto si recodaba haber visto entre los detenidos a una persona con bléiser azul con botones dorados. La respuesta de Hermosid fue negativa.

El fiscal fue por un intento más y le dijo “¿recuerda que a una de esas personas usted la conocía de haber trabajado con él en la recolección de fruta?”. Pero la respuesta volvió a ser un rotundo “no recuerdo.

En esta instancia fue cuando Candioti pasó a leerle lo que Hermosid había declarado el 23 de mayo de 1985, donde decía “que vio a Zalasar en los calabozos de los incomunicados. Que lo conocía de haber trabajado con él en la recolección de la fruta”. Nuevamente la respuesta del testigo fue “no, no recuerdo” .

Luego de esto Lilian Carnero (presidente del Tribunal) le pregunto si había tenido algún problema de memoria que lo podría estar afectando a los que Hermosid respondió “hace 5 años estuve internado por problemas con el alcohol”.

Las repreguntas sobre si recordaba los autos que se usaban en el destacamento o sobre personajes como Monzón, Palacio, quienes desempeñaban tares en la Jefatura seguían teniendo respuestas negativas.

En esta instancia la otra integrante del Tribunal Noemí Berros le dijo mientras lo miraba fijamente a los ojos “hace una rato (haciendo referencia a la inspección en la Jefatura) usted le dijo delante de mí a Graciela Zalasar que lo había visto a su hermano. A lo que el testigo respondió yo lo vi, pero no sé si era Zalasar. En este momento la confusión provocada por la constante negativa del testigo parecía llegar a su punto máximo, exasperando a todas las partes.

Pagliotto uno de los representantes de la querella solicita que en el momento se realice un careo entre Hermosid, Graciela Zalasar y Rubén Bonilli.

Graciela le dice “le pido que se ponga una mano en el corazón y diga la verdad. Usted fue el único que vino a mi casa y me dijo que usted le llevaba la comida a mi hermano”. A lo que Hermosid le dijo que faltaba a la verdad que él no había dicho eso. Pese a la insistencia de Graciela el testigo se mantuvo en su postura, contradiciendo totalmente lo que él mismo había declarado años atrás.

Una vez que se sentó cara a cara con Bonelli, Secretario de Derechos Humanos de Concordia, con quien se había entrevistado en reiteradas oportunidades años atrás .

Bonelli fue recordándole paso a paso cada una de los encuentros que habían tenido “te acordas que en 2006 yo te fui a buscar a la plaza España”. Hasta llegar a una charla que había tenido el años y le preguntó no recordase Ruperto «El Ronco» Palacios, a que el testigo dijo que si “era el jefe de inteligencia. Bonelli: “¿y a Castaño?”. A lo que Hermosid respondió que si “era el chofer de inteligencia”. Luego de recordar, a duras penas, todos esto fue el momento de volver a pregúntale por Sixto, con Graciela Zalasar parada en frente de él mostrándole la foto de de Sixto. Hermosid dijo “Yo lo vi, a mi me dijeron que era Zalasar. Pero tenía el pelo más corto”.

De esta manera y luego de una ardua jornada se dio por terminado la última audiencia antes del receso. La causa se reanudará el 2 de agosto

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